Olvídese de lo que sabía sobre cómo cuidarse: el café no produce cáncer y desayunar poco engorda
La verdad de la ciencia casi siempre es provisional. Le contamos lo último que hay que saber para encarar el nuevo año y cuidarse
Las últimas investigaciones y consensos han cambiado consejos clásicos de salud. Le contamos lo que debe saber para estar al día .
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Se trata de una guía para empezar el año con consejos básicos de salud actualizados. Desde los niveles de hipertensión recomendados, cambios en las directrices nutricionales o las últimas recomendaciones de ejercicio físico.
Desayunar poco o nada engorda y duplica los riesgos para el corazón
Un estudio español con más de 4.000 personas , liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares ha demostrado que tomar un desayuno energético previene la aparición de enfermedades cardiovasculares. Por el contrario, no desayunar o hacerlo mal (salir de casa con un café bebido o tomar menos de cien calorías en la primera comida del día) puede duplicar el riesgo de tener un infarto o un ictus.
La investigación no entraba a valorar la calidad de los ingredientes, es decir si era lo mismo tomarse un tazón de muesli que un café con un par de croissants con mantequilla. El mensaje más importante es que saltarse el desayuno debe considerarse un marcador de una dieta pobre y de un estilo de vida que conduce a la enfermedad, explica el cardiólogo Valentín Fuster y autor del trabajo. Pero para quien no lo tenga claro, le damos una pista: un prototipo de desayuno energético y sano podría ser una taza de café, leche o yogur, fruta y un pan integral con tomate y aceite de oliva.
La cirugía no es el único tratamiento para la aprendicitis
Si un médico le da elegir entre operar a su hijo de una apendicitis o darle tratamiento antibiótico no piense que ha perdido la razón. Las apendicitis agudas sin complicaciones pueden resolverse con antibióticos sin tener que extirpar el apéndice, según los últimos estudios. Sin embargo, aún muchos padres optan por pasar por el quirófano, como recoge la revista JAMA Surgery.
Los que eligen los antibióticos sortean los riesgos de la anestesia y el quirófano. Pasan 24 horas en el hospital para recibir tratamiento intravenoso y en caso de mejoría, un periodo extra de 10 días más recibiendo antibióticos orales. El proceso es más cómodo, pero hay posibilidades de que vuelva a infectarse el apéndice. En cualquier caso, las buenas prácticas indican que debería presentarse como una opción para los pacientes.
Usted ya no es hipertenso
¿Dónde está el límite entre la tensión normal y la hipertensión? ¿Hasta qué punto cuentan los criterios médicos con intereses en la industria farmacéutica? Este debate comenzó cuando el Comité para la Prevención de la Hipertensión clasificó como prehipertensos, a aquellos con la presión sistólica (conocida popularmente como alta) entre 120 y 139 y a los que el médico debe recomendar un cambio en los hábitos de vida. Hasta entonces, 130 era un valor considerado como normal. Las nuevas guías de la Asociación Americana de Hipertensión siguen considerando 130 como preocupante.
Solo se considera normal entre (120 y 80) pero eliminan esa clasificación conflictiva de prehipertensión. La razón no es relajar las recomendaciones sino insistir en su riesgo. Consideran que en la etapa de lo que antes se consideraba prehipertensión una persona ya tiene un incremento sustancial del riesgo y no se percibe con un término suave. Es más, tiene el doble de riesgo de sufrir un infarto en comparación con alguien que tiene un rango de presión arterial normal. Así que la definición de prehipertensión ha sido sustituido por el de presión arterial elevada. En esta clasificación se incluyen aquéllos con una presión sistólica de entre 120 y 129 mm Hg, y una diastólica (baja) de menos 80 mm Hg. ). Después sigue la clasificación como hipertensión en etapa 1 y 2, cuando ya está disparada por encima de 160. Así que ya sabe: usted nunca será prehipertenso, tiene la tensión arterial elevada.
El café no produce cáncer
Después de años de debate y de numerosas investigaciones científicas, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) ha concluido que no hay razones para pensar que el café eleva el riesgo de sufrir un cáncer y, que por el contrario, podría tener cierto efecto protector en ciertos tumores. El mensaje es tranquilizador para los millones de personas que cada día se toman varios cafés al día porque algunas investigaciones en el pasado habían relacionado la bebida con tumores como el de esófago.
La explicación es que el café no es el culpable sino el calor de la bebida. Consumir cualquier bebida muy caliente, ya sea café, té, mate o incluso agua, de forma continuada, puede favorecer el desarrollo de un tumor en el esófago. Durante 2017 varias investigaciones han acabado con la mala fama del café. No solo no tiene un papel en el desarrollo de la enfermedad oncológica sino que su consumo regular podría protegernos frente al cáncer de colon y de próstata, párkinson e incluso alargar la vida.
Confirmado, la fibra le ayuda a vivir más
No se sorprenderá si le decimos que una dieta rica en fibra con abundantes verduras y frutas reduce el riesgo de desarrollar diabetes, problemas de corazón y artritis. Los beneficios que se relacionan con esta dieta son tan amplios que en realidad se podría afirmar que comer más fibra reduce la mortalidad. Todo esto está claro y no ha cambiado, pero ahora sabemos por qué. La explicación es que la fibra alimenta a los miles de millones de bacterias de nuestro intestino. Manteniendo sanos a estos microorganismos conseguimos que nuestro sistema inmune permanezca alerta y nosotros estemos sanos e incluso delgados.