Corhonavirus
La odisea de los enfermeros españoles atrapados en Laos
Cuatro sanitarios que habían pedido excedencia para un viaje de cinco meses están colapsados en Vientián
Era el viaje de sus vidas, el tipo de expedición que se hace una vez y se recuerda siempre. Cuatro meses, o cinco, hasta que se acabase el dinero, por el sudeste asiático. Cuatro enfermeros españoles, dos nativos del París, uno de Málaga y otro de Granada, pidieron una excedencia en sus trabajos para recorrer Tailandia, Myanmar, Vietnam y Laos, y sumergirse durante semanas en la cultura y vivencias de estos país. Rutas, hoteles, lugares, lo tenían todo organizado hasta que el coronavirus se cruzó en su camino.
«El viaje empezó de maravilla -cuenta Antonio García Fernández, sanitario granadino que cumplirá esta semana 32 años-. Estuvimos en la zona central y en el sur de Tailandia, pasamos luego a Myanmar, la zona norte Tailandia y al final Laos. Aquí llegamos hace más de tres semanas, cuando empezaba el tema del coronavirus en España».
La vuelta al mundo asiático comenzó a torcerse por esa amenaza invisible de efecto incalculado. «Hablábamos con España, con nuestros hospitales y nos recomendaban que nos quedáramos en Laos , que aquí no había casos. Pero nosotros empezamos a plantearnos si debíamos seguir con el viaje o no».
Al grupo de amigos enfermeros se le disipó la duda con el anuncio del Gobierno español, en el que decretaba el estado de alarma y recomendaba a los españoles que regresasen a nuestro país.
«En Laos solo había dos casos de coronavirus -explica Antonio García-. Empezamos a buscar vuelos para regresar. Normalmente cuestan entre 500 o 600 euros, y ya habían subido a 2.000 o 2.500».
Un flujo de españoles empezó a coincidir casi a diario en el aeropuerto de Wattay, el único internacional del país, situado a tres kilómetros de la capital, Vientián. Españoles en busca de algún vuelo, alguna conexión por China o Tailandia, para abandonar el país. Más de uno pagó el billete, 2.000 euros , y se quedó con él en la puerta de embarque. «Casi todos los vuelos se cancelaron».
Los españoles en parecida situación, unos 40, crearon un grupo de whatsapp para animarse y estar informados sobre la expectativa de salir del país. Entre tanto, la pandemia creció. Laos se cerró como una concha. Estado de alarma por el coronavirus. «De un día para otro, se cerró todo: hoteles, restaurantes, tiendas... Solo están abiertos los hospitales y las farmacias», informa Antonio García.
En esa tesitura, sin alojamiento ni perspectivas fiables, los cuatro amigos enfermeros que pidieron una excedencia para el viaje de sus vidas, se asociaron con dos compatriotas de Cataluña para alquilar una casa en Vientián. Seis personas en un apartamento amplio con internet y cercano al aeropuerto . «Todo el mundo hace caja en según qué situaciones -relata García Fernández-. Nos cobran 500 euros al mes a cada uno».
Desde la vivienda, los enfermeros han chequeado el panorama sanitario en España con sus compañeros. «Nos dicen que la situación está bastante mal, algunos están trabajando con síntomas, no se les permiten darse de baja por un pequeño síntoma, se han quitado los descansos, están trabajando sin mucha proteccción, sin mascarillas. Los recortes sanitarios vienen de hace mucho y ahora nos pilla a todos. Falta personal, faltan espacios», dice el enfermero granadino que trabaja en las Urgencias del Hospital las Nieves .
«Además te sientes mal -añade- porque en una emergencia como ésta, nos gustaría a los cuatro estar en nuestro puesto de trabajo echando una mano, y no aquí perdiendo tiempo y dinero».
Los enfermeros están en contacto con la embajada española de Tailandia , pero no consiguen un medio para regresar a su país. Un avión fletado por el gobierno alemán que no se llenaría de germanos es la esperanza de los españoles para salir de Laos y volver a su país a ayudar a frenar la pandemia.