Los obispos avisan de que la eutanasia convierte al Estado «en responsable de una muerte infligida»
Critican que la tramitación de la ley se haya realizado de «manera sospechosamente acelerada» y denuncia que instaura «una ruptura moral»
Países en los que la eutanasia se ha legalizado
¿Qué es la eutanasia?
Los obispos han salido al paso de la ley de eutanasia que este jueves sorteó un nuevo paso en su tramitación parlamentaria al ser aprobada por la Comisión de Justicia antes de ser llevada al Pleno. En una nota, la Conferencia Episcopal denuncia «la manera sospechosamente acelerada» con la que se ha tramitado esta ley «en tiempo de pandemia y estado de alarma» y «sin escucha ni diálogo público».
Noticias relacionadas
Para los prelados esta proposición de ley orgánica que convertirá el «derecho a morir» en una prestación más del Sistema Nacional de Salud «instaura una ruptura moral» y un «cambio en los fines del Estado», al pasar de «defender la vida a ser responsable de una muerte infligida». Según señalan, esa ruptura también afecta a la profesión médica, «llamada en lo posible a curar o al menos aliviar» y «nunca a provocar intencionalmente la muerte».
«La muerte provocada no puede ser un atajo que nos permita ahorrar recursos humanos y económicos en los cuidados paliativos y el acompañamiento integral»
En la nota, titulada «La vida es un don, la eutanasia un fracaso», los obispos urgen al Gobierno a «promover los cuidados paliativos, que ayudan a vivir la enfermedad grave sin dolor y el acompañamiento integral, por tanto también espiritual, a los enfermos y a sus familias».
Recuerdan además que la experiencia de los pocos países donde se ha legalizado revela que «la eutanasia incita a la muerte a los más débiles». «Al otorgar este supuesto derecho, la persona, que se experimenta como una carga para la familia y un peso social, se siente condicionada a pedir la muerte cuando una ley la presiona en esa dirección», añaden los prelados, al tiempo que denuncian que «esa desigualdad social» se ve acrecentada por «la falta de cuidados paliativos» . «Muchas personas mueren sin poder recibir estos cuidados y sólo cuentan con ellos quienes pueden pagarlos», aseveran.
Los obispos aseguran que la pandemia ha aumentado «la conciencia de que acabar con la vida no puede ser la solución para abordar un problema humano». «La muerte provocada no puede ser un atajo que nos permita ahorrar recursos humanos y económicos en los cuidados paliativos y el acompañamiento integral», advierten y recuerdan que «la verdadera compasión» es «invertir en los cuidados y cercanía que todos necesitamos en la etapa final de esta vida».
Por todo ello, los prelados piden a «cuantos tienen responsabilidad en la toma de estas graves decisiones que actúen en conciencia, según verdad y justicia» y convocan a los católicos españoles a una Jornada de ayuno y oración el próximo miércoles 16 de diciembre, para «pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana».