El Obispado de Menorca crea una oficina para atender a víctimas de abusos de sacerdotes
Las personas afectadas recibirán el asesoramiento de la Diócesis sobre la tramitación procesal una vez presentadas las denuncias
El obispo de Menorca, monseñor Francesc Conesa , firmó este pasado jueves un decreto por el que se crea la «Oficina para la recepción de denuncias y acompañamiento de víctimas», cuya función será triple. «Por una parte, le corresponde recibir cualquier denuncia o información relacionada con posibles casos de abuso. En segundo lugar, ofrecerá orientación a la presunta víctima sobre la tramitación procesal, tanto en vía canónica como en vía civil. Por último, acompañará en un primer momento a las víctimas, ofreciendo la ayuda humana necesaria», ha explicado la Diócesis a través de un comunicado.
Según recuerda el Obispado, entre las disposiciones que el Papa Francisco ha tomado para prevenir y combatir los delitos de abuso sexual se encuentra «la obligación de que cada Diócesis establezca una oficina destinada a facilitar las denuncias sobre posibles casos de abusos sexuales a menores y personas vulnerables por parte de clérigos o religiosos». De acuerdo con esta norma, contenida en la carta apostólica «Vos estis lux mundi», de 7 de mayo de 2019, cada una de las distintas diócesis debe disponer de un sistema estable y fácilmente accesible al público en el que se puedan presentar las posibles denuncias.
En el caso de Menorca , la nueva oficina tiene su sede en la Casa de la Iglesia de Mahón. El contacto se puede hacer a través del correo electrónico 'protecciomenors@bisbatdemenorca.org' o bien preguntando en las oficinas del Obispado. Al frente de esta oficina se encuentra el psicólogo Alejandro Ríos Carreras . Forman también parte de dicha oficina la psicóloga María Vives Gomila y el abogado Miquel Pons Portella , que han sido nombrados por un periodo de cinco años. «Se ha buscado a tres profesionales de prestigio e independientes para garantizar un correcto tratamiento del tema», destaca la Diócesis.
El Obispado manifiesta, por último, su voluntad de «sumarse a la lucha» del Papa Francisco y de toda la Iglesia «contra la plaga de los delitos de abusos sexuales, que tan gravemente ofenden a Dios y causan graves daños físicos, psicológicos y espirituales en las víctimas». Al mismo tiempo, la Diócesis desea «mostrar su gratitud» a los profesionales que «prestan su ayuda en un tema tan importante y tan delicado». Finalmente, se pide que «cualquier persona que se haya visto implicada en un caso de abusos de menores o personas vulnerables por parte de clérigos o religiosos, o que tenga noticia cierta de los mismos» se dirija a la oficina recién creada.
