«No pido un viaje a la Luna, sólo que mi hijo estudie también en castellano»

Habla una de las 120 familias de Baleares que exigen al Gobierno balear que garantice el 25% de enseñanza en español en las aulas, asesoradas por PLIS y Sociedad Civil Balear

Campaña a la puerta de los colegios: 120 familias piden educación en español en Baleares

El catalanismo en Baleares celebra el «éxito» de relegar el castellano en las aulas

Berta, la madre que pide al menos un 25% de horas en castellano para su hija ABC

Mayte Amorós

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No es un viaje a la Luna, pero cuando Berta pidió al colegio de su hija de seis años que, al menos, dieran unas horas en castellano , la trataron como si hubiera pedido un imposible. «Me contestaron que lo que reclamaba no tenía 'ningún sentido', que la lengua vehicular del centro es la lengua catalana , así como la de todos los actos culturales», cuenta a ABC esta madre, cuya «inquietud» empezó hace tres años cuando matriculó a la niña en un centro de un pueblo de Mallorca.

«En el colegio sólo se habla en catalán y no se le permite a mi hija expresarse en su lengua materna , en castellano», denuncia Berta, a quien hace unas semanas le llegó un folleto que decía: '¿Sabías que tienes derecho a reclamar un 25% de horas en castellano ?' Así fue como se puso en contacto con la asociación de profesores PLIS. Educación, por favor y a Sociedad Civil Balear, que impulsan esta campaña de información en los centros, para que la asesoraran de forma altruista para reivindicar su derecho a elegir la lengua de aprendizaje de su hija.

Ella es una de las, al menos, 120 familias que reclaman al Gobierno balear de la socialista Francina Armengol que aplique la jurisprudencia y garantice un mínimo del 25% de horario lectivo en español y, como mínimo, en un área o asignatura troncal no lingüística, como ha avalado recientemente el Tribunal Supremo en las escuelas catalanas.

«Los padres tenemos que decir algo en este asunto. La enseñanza no es propiedad de una administración, la enseñanza es educación y los niños son el eje de ella . ¿Por qué tenemos que aceptar sin más lo que los políticos nos digan?«, se pregunta esta madre, que prefiere dar un pseudónimo para mantener su anonimato.

Aclara que su intención «no es menospreciar el catalán» sino que también esté presente el castellano para que ambas sean lenguas vehiculares. « Yo soy la primera que estudio catalán desde que vine a vivir a Mallorca, y entiendo que hay que integrarse pero una cosa no excluye la otra; la inmersión actual es obligatoria y esto es contrario al ordenamiento jurídico», critica Berta, que recuerda que el marco legal incluye un mínimo del 50% de catalán y un mínimo del 25% de castellano, porcentaje que no se respeta en el caso del español.

«No estamos pidiendo un pasaje a la estratosfera o a la Luna, es algo que nos corresponde por derecho . Y estos límites tienen que regir los proyectos lingüísticos, cuyos responsables directos son los directores», reivindica.

Precisamente, el colegio de su hija se escuda en que el proyecto lingüístico, el documento donde cada centro define la lengua en que se imparte cada área o asignatura, está aprobado con la unanimidad del consejo escolar , «como si eso eximiera de dar castellano».

A esta madre le asombra la politización de la educación en Baleares: «No sé qué ha pasado pero las escuelas se han parcializado para aprender un idioma. Tal vez porque se ha politizado la educación », reflexiona Berta, que considera que la inmersión lingüística es antipedagógica por tres motivos.

«Primero porque perjudica a los niños castellanohablantes en cuanto al aprendizaje de materias como historia o geografía, las troncales, para las cuales la lengua materna es la idónea. Segundo, porque perjudica el uso forma formal y culto del castellano. Porque la lengua que no se usa en la enseñanza queda inhabilitada como una lengua cultural . ¿Cómo pueden en un futuro leer un texto jurídico, científico en español si apenas han leído un cuento en castellano y mucho menos lo han practicado?», argumenta.

En tercer lugar, Berta destaca que la imposición del catalán perjudica especialmente a los niños con dificultades de aprendizaje o necesidades especiales, como es el caso de su hija, que debe estudiar en una lengua que no domina y superar un obstáculo añadido a su problema natural. « Mi niña tiene dificultad para comunicarse en el habla . Muchas veces se le escucha decir 'español' como si el catalán fuera un obstáculo». Otras veces dice que se aburre o no quiere ir al colegio. En este caso, no se tiene en cuenta, pese a que el idioma es un hándicap más».

La sentencia de Cataluña también aplica

Hasta que llegó el folleto de PLIS y SCB a sus manos, ella –como muchos padres- no sabía que la justicia había dado un rejonazo a la inmersión lingüística recientemente en Cataluña y que podía dar la batalla también en Baleares. No obstante, la presidenta Francina Armengol ha dejado claro que no tiene intención de aplicar la sentencia del 25% del castellano en las aulas porque considera que sólo afecta a las escuelas catalanas y no genera jurisprudencia. La socialista lleva años escudándose en que, a diferencia de Cataluña, en Baleares no hay peticiones de enseñanza en castellano . Las reclamaciones de estas 120 familias en las Islas marcan un precedente en este sentido.

«Quien tiene la información tiene el poder, por eso, una vez que hemos sido correctamente informados vamos a exigir nuestros derechos sin manipulación política », advierte esta madre, que está decidida a llegar hasta el final para que su hija reciba la educación que ella quiere, no la que los políticos decidan. «Aquí sólo hablamos de una palabra: educación».

Berta cuenta que en el colegio de su hija se niegan a hablar en castellano a las familias castellanohablantes y la imposición llega hasta tal punto que muchos padres han dejado de ir a las reuniones. «Algunas mamás hacen una pregunta porque no han entendido alguna palabra y los profesores lo repiten nuevamente en catalán . Un día una maestra que ya no está en el centro nos dijo que tenía que dirigirse en catalán porque si no la reñían».

Lamenta que la inmersión lingüística a quien más esté perjudicando sea a los niños catalanohablantes, en algunos casos incapaces de entender el castellano o expresarse en esta lengua. «El otro día hablé con un día de 10 años en el parque y éste le pidió a su abuela que me tradujera porque no me entendía . ¿Imaginas cómo se desenvolverá en el futuro en un trabajo fuera de Mallorca?».

Para PLIS, «es muy meritorio que a pesar del temor a que sus hijos queden señalados, 120 familias hayan dado el paso de reclamar sus derechos lingüísticos» y hace un llamamiento para que más padres den un paso al frente y se pongan en contacto con PLIS . Educación, por favor o con Societat Civil Balear. «Les asesoraremos y guiaremos en todos los pasos, simplificándoles la gestión burocrática y sin que ello les suponga coste económico».

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