«No me imagino entrando armado como un cowboy en el aula»

El último 14 de febrero, día de San Valentín, poco hubo que celebrar en Estados Unidos. Ese día, Nikolas Cruz , un joven de 19 años, abría fuego con un rifle AR-15 en el colegio al que acudía antes de ser expulsado, en la localidad de Parkland, cobrándose la vida de 17 personas e hiriendo a otras 14.

El eterno debate sobre las armas en Estados Unidos planteó, como era de esperar, cómo es posible que un niño compre un rifle de forma totalmente legal. Y, como « parche », Trump dejó caer la posibilidad de que si lo hacen los alumnos, por qué no los profesores.

Ahora, se da un paso más. La secretaria de Educación, Betsy DeVos , estudia la posibilidad de destinar fondos federales previstos para la educación para comprar armas a los docentes , y poder defenderse así de posibles tiroteos, según informó ayer «The New York Times».

Los docentes españoles, sin antecedentes de sucesos similares en el país, opinan que la medida es « lamentable », « desmesurada » e « innecesaria ». «Lo que sí es necesario es una ley de autoridad que ahonde en el tema del respeto y la educación en las familias, que es de donde parte toda la violencia escolar», sentence Juan José Losana, profesor de instituto desde hace 27 años. «Si en tu casa no eres capaz de educar a tus hijos en ciertos valores y respeto a los demás, la violencia llegará al colegio y a cualquier otro sitio ».

Losana reconoce que los años de experiencia le han permido lidiar mejor con agresiones verbales hacia él o entre alumnos. «Cuando entré en la docencia recuerdo que me sobrepasaba la falta de comportamiento o las agresiones verbales entre iguales o a los profesores, pero con el paso del tiempo vas aprendiendo a "torear" el asunto, con mucha mano izquierda, siendo capaz de detectar los posibles conatos de violencia, atajándolos». Puesto a imaginar una situación extrema en la que tenga que lidiar con alumnos con armas, asegura que no ve la solución en que el docente también las lleve. « Sería descabellado entrar al aula con cartucheras como los cowboys».

«No tiene lógica que un profesor esté armado, no sé qué clase de educación es esa. Aunque también es cierto que la idiosincrasia en Estados Unidos es otra», señala el profesor de instituto Jorge Mateu .

A Mateu cuesta imaginarle un alumno en clase armado, ni siquiera con armas blancas. «Lo primero que haría es sacarlo aparte de la clase y hablar con él para tratar de concienciarlo y entender el por qué de esa reacción; otra cosa es que le haga daño a otro niño, ahí intentaría reducirlo sin hacerle daño y evitando que se lo haga a otros o a mi...En la educación he visto muchas cosas, pero no me veo aremado ni me veo con niños armados, en cualquier caso, la mejor solución para mediar en un conflicto es no ponerse nunca a la altura del chico».