No es el Apocalipsis

Solo las mentes ideologizadas de la izquierda piensan que los católicos quieren el triunfo mundano y político de la fe

Misa en el Cerro de los Ángeles, oficiada por el arzobispo de Madrid Carlos Osoro, con motivo del centenario de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús. Jaime García

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Para la Iglesia y los católicos, el gobierno de Pedro Sánchez no es el Apocalipsis, como les gusta pensar a algunos. Ni tampoco un jardín social de rosas, como pretenden hacernos creer los cristianos socialistas y las franquicias eclesiales de izquierda. A lo sumo, una especie de travesía del Mar Rojo, con las aguas culturales y sociales en permanente amenaza y el ejército del faraón Pablo Iglesias pisando los talones al pueblo elegido. Si partimos de la diferencia entre cristiandad y cristianismo, la cristiandad es un cauce socio-histórico y el cristianismo un acontecimiento. Solo las mentes ideologizadas de la izquierda piensan que los católicos quieren el triunfo mundano y político de la fe, la cristiandad. De lo que se trata es de tener libertad para generar una vida real de fe en beneficio de todos, hacer posible el acontecimiento.

Quizá este tiempo de purificación sirva pensar y actuar, para hacer un ignaciano examen de conciencia y tomar algunas decisiones que hagan brotar «minorías creativas». No seamos ingenuos. A esta situación política se ha llegado no por casualidad. Por ejemplo, el obispo auxiliar de Madrid, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, recuerda, en el prólogo al reciente libro del cardenal Rouco Varela sobre el matrimonio y la familia (BAC), que «va a hacer ya quince años que la legislación española ha dejado de reconocer la realidad humana del matrimonio en su especificidad (…) Son muchos los que siguen si enterarse de los que dicen las leyes actuales, de sus destructivos presupuestos antropológicos y de su carácter tóxico para la vida concreta de las personas».

Es hora de salir de la zona de confort de una propuesta cristiana rutinaria. La fe como factor de influencia cultural se ha desvanecido. Este gobierno es fruto, también, de un cambio de mentalidad drástico que se ha producido en la sociedad española. Quien piense que los católicos no están aquí para quedarse, se equivoca. Como diría Robert De Niro en la película Ronin: «O eres parte del problema o lo eres de la solución, y sino, eres parte del paisaje». Que cada uno, también cada obispo, elija su sitio.

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