El niño que custodia el ancestral método para predecir el tiempo
Un joven burgalés de 14 años reivindica las cabañuelas, una tradición del mundo rural que no quiere que desaparezca por la falta de relevo generacional y la despoblación
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En el pequeño pueblo burgalés de Monasterio de Rodilla, un niño y un pastor han hecho un tándem inesperado. Jorge Rey , ahora de 14 años, llegó a la localidad de poco más de 150 habitantes hace más de un lustro. Junto con sus padres, cambió el gris de las piedras y el asfalto por montañas, animales y campo. Allí descubrió el amor por la naturaleza y también a Rafael Sedano, pastor de la zona , 70 años de diferencia entre ellos. De él aprendió la sabiduría popular y la observación de la fauna y del tiempo, conocimientos que ahora Jorge utiliza para replicar un ancestral método de predicción meteorológica: las cabañuelas , al que recurrían las gentes del campo antes de los mapas de isobaras, los satélites meteorológicos o los modelos probabilísticos . «El problema es que esto se va a olvidar», lamenta Jorge. Ha llamado al periódico porque quiere evitar que se pierda. Espera que otros jóvenes lo aprendan, ya que la alternativa que plantea a futuro no le gusta: «Solo lo sabré hacer yo».
Lleva años practicando las cabañuelas cada mes de agosto, como dicta la tradición y, asegura, ha ido perfeccionando el método, que según dice no es infalible pero funciona. El estudio comienza el día 1 y termina el 24 de ese mes, y cada jornada representa una quincena diferente del siguiente año. Durante estos días, el joven toma todos los datos a su disposición. La humedad ambiente, la temperatura máxima y mínima, la forma de las nubes, la dirección del viento y el comportamiento de los animales. «Hay que observar todo lo que ves», cuenta.
Divide su estudio en dos bloques. La primera docena de días, cada uno representa de forma cronológica los meses del año siguiente: el día 1 es enero, el 2 es febrero y así sucesivamente. Al llegar el día 13, la toma de datos continúa, pero el sentido que se otorga a cada mes es inverso: el día 13 corresponde a la segunda quincena de diciembre, el 12 a la segunda de noviembre y así hasta volver a enero. El joven complementa sus observaciones con el refranero español. «El 90% de los días tiene un refrán» , explica. Como por San Antolín [2 de septiembre], el verano toca su fin.
Gran nevada
Así, el pasado 24 de agosto amaneció fresco en su zona. La noche había sido de luna llena. Los pájaros volaban bajo y buscaban quedarse bajo los cobertizos. Detalles que le han servido a Jorge para vaticinar una nueva ‘Filomena ’, una gran nevada y, sobre todo, fuertes heladas para la segunda mitad de enero de 2022, al menos en su territorio.
«No puedo abarcar toda España», lamenta. Le faltan compañeros que compartan este método en otros puntos del país. La despoblación y el envejecimiento en las zonas rurales juegan en contra de esta tradición, tan vinculada a la vida agraria. Incluso el propio joven reconoce que, de no haberse mudado, no habría descubierto su afición por la naturaleza y por la meteorología. Tampoco habría conocido a Rafael, quien se muestra contento de que una persona joven quiera mantener la tradición y, en especial, del tiempo que han compartido juntos . Horas de interminable charla en las que el pastor ha podido transmitir sus experiencias, la historia del lugar, el imaginario popular y el conocimiento de la tierra: dónde la niebla matutina vaticina lluvia a lo largo del día o cómo el vuelo bajo de las golondrinas augura un tiempo cambiante, incluso cuando brilla el sol.
Mapas
Jorge se ha hecho conocido en la zona por sus análisis meteorológicos. No es un niño normal. «Tengo 14 años, pero mi forma de pensar no es la misma», asegura. Le gusta tratar con personas más mayores y destina buena parte de su tiempo libre no solo a observar la naturaleza, sino también a estudiar el mapa de satélite que ofrece gratuitamente la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en su página web. Dibuja los frentes, las isobaras y los traduce en predicciones para el día a día. También ha empezado a colaborar en medios locales.
En Monasterio de Rodilla y otros pueblos cercanos ya es habitual que los vecinos le pregunten por su predicción del tiempo, así que un día empezó a hacerlas públicas por redes sociales. Pero aquello se le quedó corto, asegura, así que hace unos pocos meses decidió ir más allá y creó su propia página web, ‘el tiempo con JR ’, que ya acumula decenas de miles de visitas. La página web llegará lejos, literalmente. Aprovechando una convocatoria de la NASA para enviar nombres a Marte en una sonda en 2026, Jorge inscribió el de su página.
En este espacio virtual, junto a sus mapas del tiempo también está recopilando el refranero español. «Muchos me preguntan que de dónde saco tantos refranes», cuenta. Algunos se los han empezado a hacer llegar sus vecinos, muchos de ellos hiperlocales . «Si la carama aguanta en Carmona, otra nevada se asoma», ejemplifica el joven, convertido en un guardián de las tradiciones del lugar. ¿Y cómo ve su futuro? «Me veo trabajando de meteorólogo», asegura. Quizá en algún medio de comunicación. Y, por supuesto, con su página web.
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