Niñas y niños que ya no están: de por qué la educación no forma parte del debate político
Una Ley Integral contra la Violencia en las Aulas es una asignatura pendiente
La educación es cosa de todos, padres, profesores y alumnos y constituye, pese a las encuestas del CIS, la principal causa de preocupación de las familias. Sin embargo, entre nuestros políticos hay un pacto de silencio, un «aquí no pasa nada» que hurta a la sociedad españolas el debate profundo y la reflexión que la educación merece.
Porque la educación es ya la correa de transmisión de las causas del poder y el lugar donde la libertad de conciencia, la creatividad y el pensamiento crítico son cercenados y «domesticados» utilizando el viejo y perveros mecanismo del chivo expiatorio como garantía de una supuesta paz social.
Si no, ¿por qué ni el estudio de la OMS que en 2004 señaló un 24% de tasa de prevalencia del acoso escolar para España , ni la Conferencia de Utrecht de febrero de 1997, ni los Informes Cisneros ni los repetidos estudios Pisa de la OCDE han impulsado todavía la tan necesaria Ley Integral contra la Violencia en las Aulas ? Una violencia sin adjetivos que afecta diariamentea uno de cada cuatro escolares en forma de ridiculización, humillaciones, exclusión, aislamiento, burlas e incluso abusos sexuales y agresiones físicas.
Realidad violenta, que lejos de ser evaluada, precozmente identificada e inmediatamente detenida cortando de raíz las conductas de maltrato frecuentes y sistemáticas que cada día tienen lugar en las aulas, es convertida en rentable cuando el protocolo «B» del acoso escolar se pone en marcha presentando a la víctima y a sus familia como culpable y facilitando su expulsión.
Una ruta perversa en la que personas llamadas a velar por la seguridad de los alumnos en hroario escolar como consecuencia de su posición de garante miran hacia otro lado, confunden la victimización con un «conflicto, niegan o banalizan la violencia e invierten en protegerse a sí mismos y a una mal entendida Institución Educativa, todos los esfuerzos que deberían destinar a proteger a niños y niñas sometidos a trato degradante en el entorno escolar.
La violencia en las aulas es la asignatura pendiente de la educación y la evaluación e identificación temprana de las conductas de maltrato, el camino eficaz de prevención que evitará que también en España se sigan sumando a las víctimas de acoso escolar, niñas y niños que ya no están.
**Sobre la autora: Araceli Oñate Cantero es, junto a Iñaki Piñuel y Zabala, directora del «Informe Cisneros X. Acoso y violencia escolar en España».