Las mujeres con discapacidad se defienden

«La familia de mi novio hizo que me abandonase al conocer que iba a nacer mi hijo David»

Almudena Martín, zaragozana de 47 años, se rebeló contra su capacidad intelectual límite y tuvo descendencia. Defiende que es un hijo sano y denuncia por qué se cercena el derecho a la maternidad a otras mujeres con discapacidad

Almudena Martín Bruna BELÉN DÍAZ
Érika Montañés

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Almudena Martín Bruna tiene 47 años, inteligencia límite y un hijo de 20 años que se llama David. ¿Por qué su familia no la forzó a abortar al quedarse embarazada de su novio , zaragozano como ella, o quiso esterilizarla? Ella lo tiene claro: el motivo es que proviene de una familia católica, «tampoco vaya a pensar que demasiado», dice como para exculpar a sus padres de un pecado que no cometieron.

Almudena echó mano ayer de coraje baturro. Con una voz potente y firme, se presentó en el acto de denuncia pública organizado por la Fundación Cermi Mujeres y actuó de acicate para quien quiera escuchar. Cada una de sus palabras fueron un aldabonazo para las familias que están sopesando la opción de que sus hijas sean intervenidas quirúrgicamente y evitar así que tengan descendencia. «La palabra es nacimiento. David nació y es la alegría de mi vida. Me ayuda a luchar, mi hijo me da vida. ¿Por qué hacer que otras mujeres pierdan este privilegio?», manifiesta a ABC en un receso del evento.

«Que quede claro que tenemos a hijos sanos» . Vuelve a hacer el silencio en la sala. «David es un joven sano, con una sensibilidad y madurez especial, porque sabe que su madre necesita más apoyo, más cariño que el resto de las personas. Y que me cuestan más otras cosas, para lo que pido ayuda y listo. Al niño nunca se le ha ocultado que soy una persona discapacitada», desgrana.

David estudia un módulo de Mecánica y ayuda a su madre en el hogar faenando en un taller de prácticas. «Pero está bajo mi cargo –se solivianta su progenitora–. Soy autónoma, trabajo, mi familia fue la que me ayudó en el momento en que se supo mi estado...».

Opositó a Tesorería

En su caso, afrontó a un tiempo la recta final de su embarazo y el abandono de su pareja de toda la vida. Once años no fueron un asidero suficiente para la familia de su novio, ni para él. «Se echaron para atrás. Si quisieran haberlo conocido, ya sabían dónde estábamos. No quiero hablar más de ellos», zanja.

Al cabo de los años, David quiso conocer a su padre. Organizó una cita en un bar de Zaragoza y ambos determinaron que Almudena estuviese presente. Con ojos vidriosos rememora que David se rebeló cuando oyó la palabra «hijo» salir por boca de alguien que nunca se ha ocupado de él. Su madre lo sacó adelante, con una valentía que despertaría la envidia de la mismísima Agustina de Aragón. Almudena opositó para Tesorería y sacó una plaza. Tiene un empleo fijo hace más de seis años y, desde entonces, nadie la ha cuestionado como madre.

Ella, como la asociación aragonesa que la ayuda –Plena Inclusión Zaragoza–, conocen de primera mano a personas que ignoraban que habían sido esterilizadas. Cuentan a este periódico que organizan talleres y cursos en los que, por la actividad concernida o los permisos que se requieren, el afectado conoce que no puede procrear. « Es un tema muy delicado. Se asustan y no saben a quién culpar ni qué pensar», comentan.

Pero ayer a Madrid nadie vino a callar. Se verbalizó el silencio institucional. «Si no te dan un soporte económico y social, tu familia, y también desde los organismos públicos, entonces esos bebés que queremos tener no nacerán», pronuncia con una cordura desmedida esta mujer llamada Almudena. Es paradójico que al comenzar a hablar diga que su minusvalía la convierte en una mujer débil.

«La familia de mi novio hizo que me abandonase al conocer que iba a nacer mi hijo David»

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación