Montero estudia reforzar la seguridad en las clínicas abortistas

La Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo piden a la ministra «ir más allá» y que las menores tampoco necesiten que sus padres estén informados para abortar

Una clínica de IVE en Madrid Julián de Domingo

La ministra de Igualdad, Irene Montero, está dispuesta a llevar su plan de salud sexual y reproductiva hasta las últimas consecuencias. Un día después de que anuciara la reforma de la ley del aborto, la ministra se comprometió este jueves a reforzar la seguridad en las clínicas abortistas, facilitar el acceso al aborto quirúrgico y estudiar la posiblidad de que las chicas entre 16 y 18 años puedan realizarse una interrupción voluntaria del embarazo sin la necesidad de que sus padres esté informados. Así se lo trasladó a la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI) durante un encuentro mantenido este jueves en la sede del ministerio.

La propia ministra había convocado la reunión para conocer de primera mano la situación de estos centos que llevan años denunciando el acoso que sufren sus pacientes cuando acuden a realizarse un aborto . «Reinvindicamos ante la ministra el derecho de las mujeres a realizarse un aborto sin tener que sufrir acoso o incluso acciones intimidatorias», explicó a ABC Eva Rodríguez, vicepresidenta de ACAI.

En un comunicado, el Ministerio de Igualdad informó que Montero se ha comprometido con ACAI a estudiar fórmulas para garantizar «zonas seguras» frente a las clínicas y que las mujeres «puedan seguir ejerciendo su derecho a decidir libremente sobre la interrupción del embarazo».

Durante el encuentro, en el que también participó Sonia Lamas, responsable de comunicación de la Clínica Dator de Madrid, ambas trasladaron a Montero su «satisfacción» por la anunciada derogación de las modificaciones que se realizaron en 2015 a la ley del aborto, bajo el mandato de un Gobierno del PP. Entonces, se incluyó en la norma que las menores de 16 y 17 años requerirían del permiso paterno para poder llevar a cabo la interrupción voluntaria de un embarazo.

Sin embargo, la ACAI considera que se debería «ir más allá» y evitar volver a la ley Aído , ya que esta norma, que estuvo en vigor entre 2010 y 2015, fijaba que las menores debían informar a sus progenitores de su decisión. Solo se establecía como excepción el caso de que este hecho le produjese a la menor un conflicto grave con riesgo de amenazas, coacciones o malos tratos ; entonces la decisión recaía en el médico.

Para la vicepresidenta de ACAI es un buen momento para quitar también ese requisito, ya que, según explicó, «en más del 80 por ciento de los casos las menores acuden al centro con el conocimiento de los padres y cuando eso no es posible es porque las menores sufren coacciones o malos tratos o sus padres viven en el extranjero».

Mejor educación sexual

Las asociaciones de familias consultadas por ABC no ven con buenos ojos la reforma de la ley del aborto. Para la presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida, Alicia Latorre, la actual ley del aborto «debe ser efectivamente derogada , pero para sustituirla por una ley que respete la vida del no nacido». «La solución no pasa por volver a la Ley Aído ya las mujeres no necesitan un aborto sino ayuda, porque el aborto nunca soluciona problemas sino que los crea», afirmó.

El vicepresidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Carlos Osoro, también se mostró contario al anuncio de Montero. El aborto es «un fracaso de la sociedad». «Como denuncia el Papa en la encíclica Hermanos Todos, el aborto es una prueba más de que 'no se consi era ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar. La aberración no tiene límites », afirmó el arzobispo de Madrid.

La Unión de Asociaciones Familiares (UNAF), en cambio, está a favor de la reforma de Montero pero consideran que es «prioritario» poner en marcha un plan que garantice una educación sexual adecuada para los jóvenes. La directora de UNAF, Amaia Echevarría, asegura que es necesario dotar con centros especializados en salud sexual y reproductiva que sean accesibles y puedan dar formación y asistencia sanitaria a los jóvenes. «La prevención y la educación son el mejor camino para evitar embarazos no deseados y no hay espacios para la prevención. Creo que la educación sexual está en franco retroceso», comentó.

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