Una monja francesa de 118 años se convierte en la persona más anciana del mundo
El año pasado contrajo el Covid-19 y se convirtió en la paciente más mayor en superar la enfermedad
Pertenece a las Hijas de la Caridad y, desde que se jubiló en 1979, asiste a misa todos los días y reza por «los más desfavorecidos»
Muere la mujer más vieja del mundo a los 119 años
Cuando Lucile Randon nació el 11 de febrero de 1904, en Ales (Francia), Cezanne pintaba uno de sus últimos retratos «Mujer de Azul», mientras que en España, Santiago Ramón y Cajal ultimaba sus estudios sobre la sistema nervioso que le llevarían al premio Nobel dos años después. Al otro lado del Atlántico, Enrico Caruso convertía «La donna é mobile» en la primera grabación estadounidense en un fonógrafo.
Han pasado 118 años desde entonces y ahora Lucile, que se cambió el nombre a André al profesar como religiosa, es l a decana de la humanidad tras el fallecimiento, el pasado 19 de abril, de la japonesa Kane Tanaka .
La hermana André creció en una familia protestante. Su abuelo era pastor y ella acompañaba a su hermano mayor André al templo cada domingo. Fue a los 26 años cuando Lucile tomó la decisión de convertirse al catolicismo . «Cuando me convertí, André lloró, estaba enojado conmigo. Luego aceptó», explicaba la religiosa hace unos años a la revista francesa Famille Chrétienne. Cuando se hizo religiosa decidió tomar el nombre de André como homenaje a su querido hermano. «Él lo era todo para mi, padre y madre», explica.
Sin embargo, su profesión como religiosa llegaría más tarde, cuando ya tenía 40 años. Es una vocación tardía, pero su longevidad le ha permitido vivir como religiosa cerca de ochenta años , de momento. En 1944 se unió a las Hijas de la Caridad, para hacer el noviciado en su casa madre, en la 'rue du Bac' de París. Al año siguiente ingresó en el en el hospital de Vichy, donde durante 28 años se ocupó de cuarenta huérfanos y ancianos. En 1963 fue enviada a La Baume-d'Houstun donde realizó guardias nocturnas.
En 1979, al cumplir 75 años, ingresó en una residencia de ancianos en La Marche, donde pasó 30 años. Finalmente, en 2009, ya con 105 años, se trasladó a una residencia de Tolon en un centro de alojamiento para personas mayores dependientes, donde vive en la actualidad. En la residencia nunca deja de asistir a la misa diaria. « Hablo con Dios todo el tiemp o . Cuando las cosas no van bien, se lo digo y, a veces, ¡hasta lo regaño porque me abandona!» confesaba entre bromas a la revista francesa.
«Nunca me aburro porque rezo en el tiempo que tengo libre», explicó recientemente al youtuber Tibo Inshape que se acercó a la residencia para conocerla. « Rezo todos los días, con confianza, en especial por los más desfavorecidos. Me gusta mimar a la gente». «En la oración encontramos recursos», añadía.
En enero de 2021, la hermana André dio positivo por Covid-19 después de que un brote infectara a 53 de los 90 residentes de la casa en la que vive. Pasó la enfermedad sin apenas síntomas, sólo un leve cansancio, aislada en su habitación, por lo que se convirtió en la persona de más edad en superar el Covid . Preguntada entonces por un periodista sobre si había pasado miedo le contestó: «No, no tenía miedo, porque no tenía miedo de morir». Para la que hoy es la persona más anciana del mundo todavía no ha llegado su hora.
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