El ministro alemán de Salud: «Al final de este invierno estaremos todos vacunados, curados o muertos»
Merkel ha reforzado este mensaje y ha advertido además que las restricciones actuales en el país «ya no son suficientes» ante la «situación sanitaria dramática»
En vista del creciente número de infecciones y la vacunación estancada por debajo del 70% , el ministro alemán de Sanidad ha augurado hoy un desarrollo de la pandemia bastante oscuro. «Al final de este invierno, muy posiblemente, estaremos todos vacunados, curados o muertos », ha dicho. El tono utilizado por el ministro, que quiere utilizar ahora de forma más intensiva la vacuna de Moderna, para que las dosis de esta marcha que han llegado a Alemania no caduquen en el primer trimestre de 2022, ha recibido un aluvión de críticas , aunque la canciller Merkel ha reforzado este mensaje y ha advertido además que las restricciones actuales en el país «ya no son suficientes» ante la «situación sanitaria dramática». Este invierno, en los hospitales, «va a ser peor que todo lo que hemos visto hasta ahora», ha adelantado Merkel en una reunión de la directiva de su partido, la conservadora CDU. En su opinión, Alemania llega demasiado tarde con la normativa 2G , que excluye a los no vacunados de los espacios públicos de interior y que hoy ha comenzado también a entrar en vigor en el transporte público. Merkel defiende que son necesarias nuevas medidas, entre las que ya solo cabe el confinamiento.
«Mi problema es que ya pasé la enfermedad. Me puse mala el invierno pasado y ya me curé. Por eso no necesito ponerme la vacuna. Pero no tengo ningún documento de diga que yo ya me curé y por eso ahora no puedo tomar el autobús», se queja una anciana en el berlinés distrito de Wittenau. El conductor del autobús, sin embargo, asegura que él no tiene instrucciones de pedir a nadie su certificado de vacunación para subir al autobús. «Yo fui al colegio por la mañana, como un día cualquiera, en metro, y también he vuelto a casa en metro. Llevo conmigo mi certificado de vacunación, pero nadie me ha parado por el camino para preguntar si estoy vacunado o no», dice un adolescente que cruza Berlín a diario hasta su colegio en el barrio de Charlottenburg. Las sanciones cumplen el papel de los controles que por el momento no se producen. Entrar en un medio de transporte público sin la mascarilla c onlleva una multa de entre 50 y 250 euros . No poder mostrar el certificado de vacunación sube hasta los 500 euros y hay sanciones de hasta 25.000 euros por la operación de una instalación de ocio, deportiva o cultural que permita incumplimientos en su establecimiento de la normativa vigente.
«Si se toman medidas tan estrictas», justifica el presidente de la Asociación Médica del Estado de Sajonia, Eirk Bodenkieck, «es para evitar lo que se viene encima de las unidades de cuidados intensivos ». «Se espera que pronto los pacientes Covid tengan que competir por una cama en ciertas regiones y existe la amenaza de tener que recurrir al triaje », ha advertido, tras reconocer que él también tiene problemas para convencer a sus pacientes de la conveniencia de vacunarse. «Es muy importante vacunarse y en el caso de los ya vacunados es importante la tercera dosis , sea de la marca que sea», insiste. Bodenkieck subraya ese último punto porque BioNTech ha prometido surtir a Alemania con diez millones de dosis, un pedido añadido, para las vacunas de refuerzo. Muchos alemanes rechazan la más disponible ahora, Moderna, mientras el ministro Spahn se esfuerza por explicar que no hay vacunas peores que no vacunarse . «La vacuna de BioNTech es la Mercedes y la de Moderna es la Rolls-Royce», ha comparado con las dos marcas de coches de lujo.
El Instituto Paul Ehrlich ha criticado este debate sobre las vacunas como «inadecuado». «Estamos en la tierra de la abundancia», ha dicho el presidente del instituto, Klaus Cichutek, «a diferencia de muchos otros países, tenemos suficientes vacunas, muy buenas y disponibles , por eso es más incomprensible que tanta población se empeñe en vivir como si no las tuviéramos». Cichutek relaciona directamente la tasa de vacunación con el repunte de la pandemia y da la razón a la canciller Merkel, que está pidiendo la aplicación de un «freno de emergencia» que llevaría de nuevo a un confinamiento en Alemania. La canciller alemana en funciones alega que la cantidad de infección se duplica en Alemania cada 12 días , lo que tarde o temprano llegará a las unidades de cuidados intensivos. Tiene la impresión de que muchos alemanes «siguen desconociendo la gravedad de la situación» y, aunque no duda en repetir que la vacunación es importante y correcta, lamenta que «ya no ayudará a detener el desarrollo de la enfermedad». El próximo canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, hereda una situación sanitaria más crítica que nunca antes desde el inicio de la pandemia. Todavía está atando los últimos cabos de la negociación de la coalición del gobierno con la que llegará a la Cancillería de Berlín, con los liberales y Los Verdes, y espera poder mantener una primera reunión sobre la pandemia con los presidentes de los Bundesländer el próximo 29 de noviembre.
Noticias relacionadas