La ministra que se topó con la Iglesia
El primer efecto de la estrambótica reacción del gobierno a las declaraciones del señor exnuncio ha sido unir más al episcopado
Monseñor Renzo Fratini, exnuncio en España, crea adicción. Si lo llego a saber antes hubiera seguido de cerca sus homilías, sus conferencias –seguro que pronunció alguna-, sus intervenciones. Ha conseguido lo que nunca imaginó, que la vicepresidenta en funciones, doña Carmen Calvo, se tope con la Iglesia. Con la Iglesia, ha topado, amiga vicepresidenta, y no sabe usted lo que significa eso…
El primer efecto de la estrambótica reacción del gobierno a las declaraciones del señor exnuncio ha sido unir más al episcopado. Para que el arzobispo de Toledo, monseñor Braulio Rodríguez, el obispo menos político que conozco, haya comentado que las declaraciones de la Ministra le parecen «impresentables», quiere decir que han colmado la paciencia de no pocos . Las ha calificado el arzobispo de Toledo, pero lo pensaba la gran mayoría de la Conferencia Episcopal. También dijo el Nuncio estos días que los cristianos socialistas o socialistas cristianos son cada vez menos y con menos influencia . Una pena.
El segundo efecto es un mensaje a la Conferencia Episcopal: no se pueden fiar del gobierno socialista que, una vez más, utiliza a la Iglesia como cortina de humo político en un permanente período electoral. Recurrir a supuestos conflictos con la Iglesia para amenazar con una comisión, por ahora fantasmal, sobre la fiscalidad es una salida hacia adelante en falso. Hace unos días fue el informe de la fiscalía sobre la pederastia de los clérigos, ahora es el dinero. ¿Cuál será el siguiente paso? Ah, y por cierto, en Añastro dicen que de Roma les aseguran que no dieron el visto bueno a nada de esto.
La ministra Carmen Calvo debe saber que la Iglesia católica se somete en materia de fiscalidad a las normas que rigen para entidades no lucrativas como fundaciones, ONGs y otras confesiones religiosas. Por lo tanto, abordar la fiscalidad con la Iglesia católica significa hacerlo con el resto de confesiones religiosas sometidas al mismo régimen. Con lo que el farol de la ministra ha causado inquietud y nerviosismo en las religiones de notable arraigo. Una jugada genial, por lo que se ve sobre el tablero.