Neocardenal español

Miguel Ángel Ayuso: «Cristianismo e Islam tienen una imagen desvirtuada el uno del otro»

El neocardenal español pide a la clase política «una visión respetuosa» de las religiones porque son «parte de la solución de los problemas»

El presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, Miguel Ángel Ayuso Maya Balanya

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Monseñor Miguel Ángel Ayuso es desde mayo de este año la mano derecha del Papa Francisco en el diálogo interreligioso. Pero a partir del consistorio del próximo 5 de octubre se convertirá en el primer cardenal sevillano en dos siglos de historia . Este misionero comboniano –experto en Islam– ha pasado estos días por Madrid para participar en el Encuentro Internacional de Oración por la Paz , organizado por la Comunidad de Sant’Egidio.

¿Qué significa para usted que el Papa le vaya a crear cardenal en el consistorio del próximo 5 de octubre?

Ha sido una gran sorpresa. Agradezco profundamente al Santo Padre por haber pensado en mi persona como misionero comboniano, académico y diplomático. Espero poder corresponder al Santo Padre con lo que pide y requiere llegar a ser creado cardenal de la Iglesia.

¿Con su nombramiento y el del arzobispo de Rabat, España cuenta con dos cardenales «misioneros»… ¿Es un aviso a navegantes sobre el nuevo perfil de pastor que se está imponiendo en la Iglesia?

Creo que la Iglesia trata de ir al ritmo de los tiempos. Hoy quizás la dimensión misionera ha adquirido un valor aún más importante y profundo en continuidad con todo lo que se ha hecho en el pasado, pero evidentemente desde el inicio de su Pontificado, el Papa ha subrayado una dimensión misionera, de apertura a los demás, de proponer la cultura del encuentro.

Junto al nombramiento del arzobispo de Rabat, España contaría con ocho cardenales electores, de los cuales tres han sido elegidos por Francisco. ¿Podría interpretarse como un gesto de confianza del Papa hacia la Iglesia en España?

Se podría considerar numéricamente pero cualitativamente diría que la Iglesia es universal, católica, abierta a todos. Y no hay diferencias entre quienes son mayoritarios de un país o quienes son menos. Todos somos iguales, hermanos y hermanas.

¿Usted fue nombrado presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso (mayo de este año) en un momento en que las religiones, sobre todo el Islam, es percibida por una parte de la población como fuente de conflicto… ¿Comprende suficientemente nuestra cultura Occidental al islam?

Por mi experiencia como misionero, desgraciadamente, he percibido cómo el cristianismo y el Islam tienen una imagen a veces desvirtuada el uno del otro. Viviendo en el ambiente islámico he visto una visión distorsionada de lo que es el cristianismo, de lo que es la Iglesia católica o lo que son las iglesias orientales. Por la parte occidental también he visto cómo se tiene una visión desvirtuada de lo que es la religión islámica muchas veces ayudados por los medios de comunicación. Por lo tanto, creo que hace falta un esfuerzo por parte de ambas comunidades para que, por medio de la educación, se pueda tener una visión objetiva del otro que es la que refuerza nuestra propia identidad y nos permite desde nuestra común humanidad poder trabajar en proyectos compartidos por el bien de la sociedad.

¿Después de dos guerras mundiales y una tercera a trozos, como dice el Papa, la paz parece seguir teniendo muchos enemigos, ¿que peso tienen las religiones en la construcción de la paz en medio de un mundo -sobre todo el occidental- que pierde la fe a paso acelerado?

Las religiones decía el difunto cardenal Jean-Louis Tauran, que fue mi presidente en el dicasterio, son parte de la solución de los problemas. Hoy en día hay una necesidad enorme de que la dimensión política tenga un visión respetuosa y armónica con el mundo de la religión porque los líderes religiosos son los que pueden darnos las llaves del entendimiento de muchos de los conflictos y por lo tanto se convierten en parte de la solución.

La crisis de los refugiados en Europa ha puesto de manifiesto un cierta xenofobia o «miedo colectivo» al inmigrante…. ¿Se ha quedado sola la Iglesia en la defensa de la dignidad y de los derechos de las personas emigrantes?

Esta es la imagen que quizás aparezca con mayor intensidad en los medios de comunicación, pero creo que a nivel general estamos frente a la mayor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial. A otros niveles -social, económico, político y estratégico- tampoco hemos sabido encontrar soluciones adecuadas a problemas que todos reconocemos. Es en ese contexto donde yo introduciría los esfuerzos que la Iglesia católica está realizando de tantas maneras y sobre todo en la sensibilización educativa para vivir un espíritu de apertura y acogida. También creo que la voz del Papa Francisco puede ser considerada como una voz profética en este campo.

Usted lleva muchos años fuera...¿Cómo ve a la Iglesia en España?

Veo una Iglesia viva. Veo gran sinceridad y entrega. Es normal que se resientan las comunidades ante un mundo occidental que sufre la secularización. Que se viva una crisis, pero la Iglesia está siempre en camino. Aquí se podría hacer un llamamiento para que todas las personas de buena voluntad y todos los creyentes católicos puedan corresponder de tal manera que la comunidad pueda ir creciendo y comprometiéndose porque tenemos todos una misma misión que el Señor nos confió.

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