En la mente de un asesino machista
Agentes y forenses estudian el perfil que se repite en los atentados machistas
Desde octubre de 2015, la lucha contra la violencia de género en España cuenta con un «arma» que parecía secreta. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido , comentó recientemente en el Congreso y ayer en una entrevista en TVE que un grupo de policías y guardias civiles, «obsesionados» por combatir la violencia que este año ya se ha cobrado la vida de 15 mujeres, entrevistan a condenados por agresiones machistas para intentar perfilar «un patrón de conducta» que ayude a prevenir más asesinatos.
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Se trata de un modelo que está funcionando en EE.UU. desde 1991. También se ha puesto en marcha en Canadá, Australia y Nueva Zelanda, mientras que en Europa solo Reino Unido ha trabajado tímidamente con él. Lo que hace un grupo multidisciplinar de psicólogos forenses, agentes uniformados y diversos especialistas es abordar la mente del asesino en aras de cambiar el modelo de valoración del riesgo del que disponen los Cuerpos y Fuerzas y Seguridad del Estado dentro del protocolo contra esta violencia. Si hasta ahora se evaluaban los indicadores del riesgo que tenía una mujer para ser maltratada, ahora se analizará su «riesgo de ser asesinada». Este «mapa» de feminicidios cambiará la forma de proteger a las potenciales víctimas, comenta a ABC el comisario Zurita, máximo responsable del equipo formado en la secretaría de Estado de Seguridad.
El sistema VioGén
Zurita es el máximo responsable de esta estrategia enrolada en el sistema VioGén, que opera desde 2007, y en el que trabajan unas 30.000 personas . «Esperamos tener conclusiones en un año y medio, porque el proceso es muy costoso. Tenemos como objetivo revisar 200 casos de sentenciados por haber matado a sus parejas o ex», desgrana. Hasta el momento, se han estudiado 30 casos , y tienen entre manos otros 28. Para ello, cuentan con convenios con trece universidades y colegios profesionales.
«Hablan durante horas»
El requisito imprescindible es que cuenten con una condena en firme antes de proceder a la monitorización del caso. Lo primero que se hace son entrevistas al propio agresor en las cárceles , su entorno, y de la víctima. «Lo más curioso es que mientras a una madre de la mujer muerta le cuesta un mundo revivir el proceso, el agresor parece «liberado » cuando lo cuenta. Se abre y puede estar hablando hasta cuatro horas», detalla el comisario de la Policía Nacional.
En esa búsqueda de la explicación de cada muerte violenta, faltaba la «versión de la protagonista, que está muerta », así que este mes de febrero se ha activado una prueba piloto con cinco «víctimas en vida». Mujeres que, por suerte o la intervención de un tercero, no fallecieron tras ser agredidas y que están «orientando» el «modus operandi» de los agentes.