Médicos forenses ven coherentes las 43.000 muertes: «Prácticamente todas hay que computarlas al Covid»

Sin accidentes de tráfico o laborales, y con una avalancha de casos de coronavirus «sospechosos» que no figuran en el balance de Sanidad, a los expertos ahora les cuadran las cifras reales de la pandemia con las del MoMo

Entierro en Valencia de una víctima del coronavirus Mikel Ponce

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El balance oficial de muertos por el Covid-19 en España ayer rondaba las 28.000 víctimas. Muy lejos de las 43.000 que ha arrojado el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (Momo) , que contabiliza el exceso de mortalidad frente a lo esperable en una situación normal. Para los médicos forenses esta cifra solo se explica con un nombre: coronavirus . «No hay más accidentes de tráfico, no hay más homicidios, no hay más suicidios... en una pandemia grave con mortalidad, el exceso de muertes siempre es a favor de la pandemia, siempre », asegura el médico forense y del registro civil José Cabrera.

El balance oficial de Sanidad solo incluye a aquellas personas a las que pudo realizarse un diagnostico por la prueba PCR , la más fiable, pero que durante el pico de la pandemia no se realizó a muchos enfermos. De hecho, «hay miles de certificados en los que pone "sospecha de Covid" . De ahí el baile de cifras», continúa Cabrera. Sin la prueba de laboratorio, esa muerte no figura en el balance que cada día actualiza el Gobierno. Y tampoco se hicieron test a posteriori ni apenas autopsias.

«Ha sido bestial el aluvión de certificados "sospecha de Covid" en los resgistros», corrobora otro médico forense de Madrid en ejercicio que prefiere no dar su nombre. Procedían sobre todo de residencias de ancianos y domicilios. «Nosotros ya veíamos que los datos oficiales estaban por debajo de la realidad. Muchos certificados de defunción que se han realizado en domicilios, en atención primaria, o en residencias, no se han registrado como tal. Si no consideras "posibles Covid" porque no tenían la PCR hecha aunque tuvieran sintomotalogía clara, no están en el registro», continúa.

Directas o indirectas

También para el médico forense José Antonio Lorente, catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Granada, en una situación de pandemia el exceso de mortalidad debe atribuirse a ella, aunque con prudencia. «Yo no diría que el coronavirus ha matado directamente a las 43.000 personas, porque no es así y se conocen otras causas de muerte, pero sí que de modo directo o indirecto es el culpable de que haya 43.000 muertes más que en épocas previas no se han dado». La explicación radica en que el virus «lo ha parado todo», incluido el funcionamiento normal del sistema nacional de salud, bloqueando la asistencia sanitaria. Hay «personas que no han ido a las consultas, personas que han dejado de tener revisiones programadas, cirugías que no se han podido hacer, tratamientos médicos que se han suspendido, rehabilitaciones importantes paradas, etc», ejemplifica Lorente.

Sin embargo, las cifras arrojadas por el MoMo son coherentes con la experiencia vivida durante el estado de alerta para los tres forenses. «En abril creíamos que estábamos en 35.000 muertos. Ahora los 43.000 sí cuadran», explica el forense de Madrid. Con toda la población confinada, sin casi muertes en accidentes de tráfico o laborales, «prácticamente todo se lo tienes que computar a una muerte natural por Covid», explica el mismo experto.

Para Lorente, los 43.000 muertos son unas cifras «coherentes» . «El problema es que si no tienes medios de estar seguro de qué muere cada persona, pues mal salen las cuentas. Esto es un absoluto caos en España y fuera de España, y lo que pone de manifiesto es lo mal preparados que están los sistemas de saludo pública de prevención y de alerta». Para el experto, España tardará aún un año en saber el balance final de la pandemia, «pero se sabrá con detalle».

También Cabrera cree que la mortalidad finalmente «va a oscilar entre los 40.000 y los 45.000» y critica que no se hayan realizado pruebas a los fallecidos para conocer sin lugar a dudas la realidad. «No se hacían PCR porque no interesaba», asegura. Las autopsias, con riesgo de contagio, se han hecho a cuentagotas y ahora es complicado: es necesario tener el permiso de la familia o que exista una orden judicial.

El Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria utiliza los datos aportados por los registros civiles, que rozaron el colapso durante el pico de la pandemia por el aumento de muertes y la falta de trabajadores. Ahora, explica Javier Jordán, presidente de Justicia en el sindicato CSIF, que representa a funcionarios de los 431 registros principales del país y las 2.500 agrupaciones de justicia, se ha hecho un gran trabajo por actualizar los datos e inscribir todas las defunciones que pudieron quedar atrasadas. Sin embargo, cree que hasta junio no se sabrá la cifra completa . «Si no hay un rebrote, habrá que esperar a junio para tener una visión completa de todas las defunciones».

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