La media de edad en la que los niños empiezan a sufrir abusos sexuales es a los once años y medio
Save The Children alerta de que los menores que denuncian estas prácticas tienen que declarar una media de cuatro veces
Durante seis largos años sufrió los abusos de su padrastro , aunque en ese momento no sabía que lo que aquel hombre con el que convivía le hacía a diario era un delito. Es la historia de Sara Berga, una de las incontables víctimas que sufrieron abusos sexuales en la infancia y adolescencia. En concreto, la pareja de su madre la violó desde que tenía 12 años y hasta que cumplió los 18, cuando sacó fuerzas y puso la denuncia. «Me sentía fuerte y valiente de querer hacerlo», relata. El primer golpe, tal como ella misma lo describe, llegó sin embargo a la hora de declarar: «Fue la declaración de tres horas donde tuve que explicar y decir cosas que no había dicho nunca». Su caso, además, se cerró porque no encontraban al agresor. «Me sentí otra vez víctima, esta vez de violencia institucional», denuncia.
Sara es la voz de los entre 800.000 y 1.600.000 niños que Save the Children estima que pueden ser víctimas de alguna forma de abuso sexual en España (entre un 10% y un 20% de la población). Así lo ha manifestado esta mañana Andrés Conde, director general de la ONG, durante la presentación del informe ‘Los abusos sexuales hacia la infancia en España' , para el que se han analizado 394 sentencias judiciales de casos de abusos sexuales a menores en los años 2019 y 2020 y deja datos nada alentadores: un 44,7% de los abusos se producen entre los 13 y los 16 años, pero la edad media en la que los niños comienzan a ser víctimas de este tipo de prácticas es de once años y medio. En el 78,9% de los casos analizados las víctimas son niñas y adolescentes.
El informe se apoya también los datos del Ministerio del Interior para dibujar un esqueleto del problema que suponen los abusos sexuales a menores en España. Según los datos de Interior, en 2020 se presentaron 5.685 denuncias por delitos contra la libertad sexual cuyas víctimas eran menores de edad, lo que supone el 50,8% del total de denuncias presentadas , es decir, más de la mitad de los abusos sexuales fueron contra niños. Save the Children advierte que estas cifras son probablemente inferiores a las reales, pues debido a la pandemia los principales centros de detección como son los colegios y los centros de salud cerraron durante un tiempo. Además, se estima que solo el 15% de los casos llegan a denunciarse.
Sobre el agresor, el informe pone el foco en que es un conocido del niño en el 84% de los casos. La mayoría de las veces el abuso se da en el ámbito familiar (49,5%). Fuera de él, lo más habitual es que los abusos los cometan amistades o compañeros de la víctima, conocidos de la familia y, en último lugar, educadores. Solo el 12,5% de los agresores tenía antecedentes. «El 88% de los casos son ciudadanos perfectamente integrados en la sociedad y de los que nadie sospecha nada», alerta Conde.
La ONG lamenta también el proceso judicial al que se somete al menor una vez se denuncian los abusos. Los niños cuentan la historia de los abusos una media de cuatro veces durante el proceso. «Las consecuencias sobre el niño es que revive la experiencia de los abusos a través del relato que hace a una persona extraña, lo que le lleva a la revictimización o victimización secundaria», critica el director general de Save The Children, que también destaca que es precisamente por esta sucesión de relatos cuando se incurre en el riesgo de contradicciones que llevan en muchas ocasiones a no dar credibilidad al testimonio. «Un 70% de los casos sobre los que se comienza el proceso son sobreseídos porque no se da suficiente credibilidad al testimonio del niño».
La ley de la infancia aprobada este año recoge la obligatoriedad de utilizar la prueba preconstituida, es decir, grabar el testimonio del niño y que este se utilice para todo el juicio. «La odisea que se vislumbra al ir a denuncia desincentiva a las víctimas a hablar. Pedimos que sea una prioridad en la agenda del Gobierno desarrollar una Justicia que garantice los derechos de la infancia», ha solicitado Catalina Perazzo, la directora de Incidencia Social y Políticas de Infancia de Save the Children. En este sentido, el informe destaca que en el 77,3% de los casos analizados no se grabó el testimonio, ya que en el 75,7% ni se solicitó ni se practicó la prueba preconstituida y en un 1,6% se solicitó, pero no se llegó a grabar.
Por otra parte, Save The Children destaca una mejora en los procesos judiciales de casos de abusos a menores. Mientras en el informe que la ONG publicó sobre el asunto en 2017 el proceso judicial duraba una media de tres años, los casos estudiados entre 2019 y 2020 no duraron más de dos. Sin embargo, la ONG alerta de que sigue habiendo procersos que superan los cinco años de duración.
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