Una mayoría de franceses son hostiles a vacunarse contra el Covid-19

La desconfianza es superior entre los menos favorecidos y extremistas de izquierda y derecha

Imagen de archivo de una persona vacunándose contra la gripe en Francia EFE

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Un 59% de los franceses no tienen la intención de vacunarse contra el Covid-19 cuando sea posible: una desconfianza todavía superior entre los menos favorecidos y extremistas de izquierda y derecha.

Según un sondeo publicado por el semanario «Le Journal du Dimanche» (JDD), «solo» un 41% de los franceses tienen la intención de vacunarse cuando el Gobierno lo proponga. Esa media global tienen diferencias muy profundas .

Entre las categorías populares y menos favorecidas , solo el 28% de los franceses se dicen dispuestos a vacunarse. Entre los electores de extrema derecha y extrema izquierda, las reservas son todavía superiores.

Solo el 27% de los electores de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha de la familia Le Pen) y el 26% de La Francia Insumisa (LFI, la extrema izquierda de JL Mélenchon) piensan vacunarse cuando sea posible.

Categorías sociales acomodadas, clases medias, profesionales liberales, empresarios grandes o pequeños, son muy mayoritariamente favorables a la vacunación , del 55 al 65% de entre ellos.

Emmanuel Macron y su gobierno anunciaron, hace días, el carácter «voluntario» de la vacuna contra el Covid-19 . De entrada, el ministerio de Sanidad tiene previsto vacunar al personal sanitario y a las personas de más de 65/70 años, a partir de primeros de año, si comenzase la distribución esperada de las primeras vacunas.

El rechazo aparente de la vacuna contra el Covid-19 tiene raíces muy profundas, culturales y sociales, «cultivadas» por algunas personalidades de celebridad local , en permanente campaña contra todo tipo de «conspiraciones», entre lo irrelevante y lo apocalíptico.

Las categorías sociales más populares hostiles a la vacuna son franceses que viven en núcleos urbanos periféricos , con pocos servicios, mal comunicados, hostiles a los partidos políticos tradicionales, electores de partidos de protesta radical, a la extrema izquierda y la extrema derecha. Se trata de un archipiélago de «islotes» sociales que ya estuvieron en el origen del estallido de la crisis de la franquicia de los «chalecos amarillos».

Ante esa realidad social muy profunda, Emmanuel Macron ha preferido proponer la vacuna voluntaria, cuando llegue el momento, para intentar evitar el estallido de nuevos conflictos inflamables.

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