La «matemática del contagio» demuestra que para ganar la guerra al virus solo hay un arma: aislamiento

Los italianos que no quieran permanecer encerrados en sus casas, tendrán que hacerlo en la cárcel, con penas en algunos casos hasta 12 años

La difusión el coronavirus y cómo el aislamiento social puede frenar el contagio se observan en una magnifica simulación del Washington Post

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Curva del contagio (en italiano) con aislamiento y sin aislamiento

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Al final, también el primer ministro británico, Boris Johnson , se ha tenido que rendir a la evidencia de la tragedia que supondría no adoptar duras medidas contra la epidemia del coronavirus . Le ha convencido la «matematica del contagio» : Un estudio revela que la estrategia para afrontar la epidemia, anunciada inicialmente por el premier británico, la «inmunidad del rebaño» , habría tenido un impresionante costo humano: 250.000 muertos. El mismo estudio, elaborado por el Imperial College y dirigido por el epidemiólogo Neil Fergusson , calcula que en Estados Unidos, en ausencia de medidas para contener la difusión del virus, podrían morir 2.200.000 personas. Ferguson considera que el impacto potencial de la pandemia del coronavirus es comparable al de la «gripe española» del 1918; y sin medidas para frenar el Covid-19, su efecto sería catastrófico para el sistema sanitario de «cualquier país desarrollado, incluido Estados Unidos».

Ocho millones de contagios

En Italia también se ha echado mano de las matemáticas. El conocido sociólogo Luca Ricolfi y la Fundación Hume ha llegado a la conclusión de que si no se adoptaban drásticas medidas de aislamiento, se hubiera podido llegar e a más de 8 millones de contagios y entre 200.000 y 300.000 muertos.

El profesor Ricolfi, con numerosas publicaciones y editorialista del periódico «Il Messaggero», explicaba a sus lectores: «Es necesario hacer comprender algunas cosas técnicas, pero también esenciales, para alistarse en esta guerra contra el Covid-19 que no admite desertores. En una epidemia, el parámetro fundamental , del que todo depende, es R0 . Este símbolo (“ere cero”) se refiere al número de personas que, de media, cada infectado contagia antes de convertirse en inofensivo ( bien porque está en aislamiento, hospitalizado o ha muerto). El valor R0 es fundamental , porque si es grande, el contagio se alarga más rápidamente. Si R0 es 2, y si el tiempo medio en el que se permanece contagiados es una semana, y hay 1.000 infectados, entonces después de una semana los infectados será 3.000 (los 1.000 del inicio más 2.000 nuevos contagiados). Si R0 es 5, después de una semana los infectados será 6.000 (los 1.000 de partida más 5.000 nuevos contagiados). A este punto, el ciclo vuelve a partir, con más o menos retraso, dependiendo de cuánto tiempo un nuevo infectado emplea en convertirse a sí mismo en contagioso. Pero no es necesario mucho esfuerzo para comprender que una vez que la base de partida se ha alargado notablemente, bastan poquísimas semanas para generar un número de infectados muy grande, del orden de cientos de miles de personas, si no más».

La pregunta clave que cabe hacerse es cuál es la dimensión real de ese valor fundamental que es el R0 en el caso del coronavirus. Esta es la respuesta del profesor Ricolfi: «Ninguno lo sabe; en efecto, las estimaciones que han circulado en la literatura científica, a menudo basadas en datos chinos, casi todas se sitúan entre 2 y 6, valores ambos preocupantes; pero serían enormemente preocupantes si el valor efectivo fuera realmente de 5 o 6 (como ha supuesto, entre otros, el profesor Crisanti, eminente estudioso ahora incorporado al comité de la región del Véneto para luchar contra el virus)».

Todo depende del comportamiento humano

El profesor Luca Ricolfi concluye que el valor real de R0 depende en todo caso no solo de las características del virus, sino también de nuestro comportamiento. Así lo explica este sociólogo: «Si se respetan escrupulosamente todas las reglas, a partir de la distancia de seguridad entre personas –al menos un metro- y se permanece en casa, el valor R0, sea el que sea hoy, tendrá que descender. Hay también una buena noticia, otro hilo de esperanza: la matemática del contagio demuestra que, para que la epidemia se acabe, no es necesario que R0 sea 0, es suficiente con que sea menor de 1. Esto significa, volviendo al ejemplo de los 1.000 contagiados iniciales, que lo importante es que 1.000 infectados contagien menos de otros 1.000, por ejemplo 900, o 800. Puedo parecer extraño a quien no es un especialista en estadística o de epidemiología, pero es justamente así”, concluye el profesor Ricolfi.

Duras sanciones a quien viole el aislamiento

Solo queda un arma si se quiere ganar esta guerra: El aislamiento, quedarse en casa. El mensaje es muy claro. Los italianos que no quieran permanecer encerrados en sus casas, tendrán que hacerlo en la cárcel. La ministra del Interior, Luciana Lamorgese , ha ordenado al jefe de la policía, Franco Gabriele, y a los delegados del gobierno en toda Italia, que controlen al máximo a los ciudadanos que estén en la calle e impongan las más duras sanciones si no pueden justificarse. Para salir a la calle se debe llevar rellenar una autocertificación –el módulo se obtiene por Internet en la web del Ministerio del Interior y se puede descargar también de algunos periódicos- en el que se declara “no estar en cuarentena”. Si miente, se le impone una sanción penal hasta 12 años de cárcel.

Simulación del «Wahington Post»

Para comprender cómo se difunde el coronavirus sin medidas de contención, el diario «The Washington Post» ha publicado un simulador gráfico magnífico que hace visible la «matemática del contagio».

Se reconstruye la dinámica de transmisión de una enfermedad inventada con cuatro escenarios diversos: 1. Sin ninguna medida de contención; 2. Con la cuarentena absoluta, aunque se «escapa» algún infectado; 3. Con formas de aislamiento y la distancia de seguridad entre personas que permiten salir solo a un ciudadano de cada cuatro; 4. Si sale solamente un ciudadano de cada ocho. En definitiva, solo con el aislamiento se puede contener la epidemia y lograr que la respuesta sanitaria sea eficaz. El acceso al Washington Post es libre .

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