La mascarilla en la playa, un problema para la piel

Los expertos insisten en que, aunque dermatológicamente no es lo más adecuado, deben primar los criterios epidemiológicos

Estos son los grupos de personas que no están obligados a llevar la mascarilla según la nueva ley

Imagen de archivo de una pareja con mascarilla en Alicante JUAN CARLOS SOLER

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Llevar la mascarilla al tomar el sol no es lo ideal para la piel , pero tiene que primar la situación epidemiológica. Así lo consideran los expertos en Dermatología consultados por este medio tras la publicación ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de la ley que impone el uso obligatorio de mascarilla al aire libre tanto si se puede mantener la distancia de seguridad como si no, como en las playas o piscinas . Hoy se analizará la norma en el Consejo Interterritorial de Salud por si hay que «matizarla», como dijo ayer la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, tras el Consejo de Ministros.

Pero de momento, si no hay cambios, la norma entra en vigor y exige que las mascarillas se lleven también en las playas y piscinas . Lo primero que hay que tener en cuenta es que, pese a que cubran parte de la cara, no protegen del sol, por lo que hay que seguir utilizando protección solar. «Normalmente no protegen al cien por cien porque dejan pasar parte de la reacción ultravioleta. Debemos proteger también con crema esa zona», explica el doctor Leandro Martínez, portavoz de la junta directiva de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Además de la necesidad de protección, si a la mascarilla se suman las altas temperaturas y el sol, los efectos para la piel pueden ser negativos. «Puede provocar una situación compleja para la piel porque aumenta mucho la temperatura y se pueden favorecer algunos procesos como el acné», dice el doctor Martínez. Esta situación se puede dar sobre todo en las pieles más sensibles también por el aumento de la humedad. «Quizás no es la mejor situación para la piel, pero son criterios epidemiológicos que sin duda ahora mismo mandan», asegura.

En esa línea se pronuncia también el doctor Miguel Sánchez Viera, coordinador del Grupo de Dermatología Estética y Terapéutica de la Academia Española de Dermatología, que explica que son las personas con piel más sensible las que pueden ver las consecuencias de llevar la mascarilla muchas horas al día, especialmente con las altas temperaturas. Aunque insiste en que ahora mismo la prioridad es evitar los contagios.

Para que sea lo menos dañino posible para la piel, sostiene este experto, lo ideal es prescindir de ella cuando se pueda, por ejemplo al estar solos en casa, y dejar que así la piel descanse. Recomienda también usar dos capas si la mascarilla en cuestión es más áspera, como puede ser la FFP2. «Se puede usar una primera capa de algodón, de tacto más suave y fino y poner encima la FFP2», concluye.

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