Manos Unidos denuncia la desigualdad de la mujer en los países más empobrecidos del mundo
Centra por primera vez su tradicional campaña contra el hambre en la falta de igualdad entre hombres y mujeres
«En el año 2019 las mujeres siguen siendo más vulnerables a la pobreza y a sus consecuencias». Con esta dura denuncia, la presidenta de Manos Unidas, Clara Pardo, lanzó este martes la campaña anual de esta ONG católica contra el hambre en el mundo.
Bajo el lema, «Creemos en la igualdad y en la dignidad de las personas», la iniciativa por primera vez pretende denunciar la situación de la mujer en los países más empobrecidos en los que trabaja esta organización fundada en 1978 por un grupo de mujeres de Acción Católica.
La campaña quiere concienciar sobre la falta de igualdad real de oportunidades entre hombres y mujeres en todos los lugares del mundo.
«Millones de mujeres de todo el mundo siguen siendo víctimas de discriminación por numerosos motivos: leyes y políticas que les prohiben el acceso a la tierra, a la propiedad y a la vivienda en términos de igualdad. Por la discriminación en la toma de decisiones en la familia, en la comunidad y en la sociedad. Porque su lucha tantas veces se considera una amenaza para los valores religiosos, de honor o culturales», afirmó Pardo.
Para mostrar el resultado que producen a largo plazo los proyectos de desarrollo, Manos Unidas ha presentado este martes uno de los tantos programas que apoya en los lugares más pobres del mundo. Se trata de la labor realizada por la misionera leonesa María Jesús Pérez, directora de la Fundación Maquita Cushunchic de Ecuador.
Esta organización promueve en los barrios periféricos del sur de Quito el comercio justo para romper con las injusticias de las cadenas comerciales. Desde hace 35 años, esta ONG se ha convertido en un puente directo entre los pequeños productores agrícolas y los mercados de la ciudad.
«Es importante todo lo que hemos alcanzado, pero tenemos que reconocer que son como pequeñas luces que iluminan el sendero para s eguir disminuyendo las grandes brechas de desigualdad que sufren las mujeres en el trabajo, la educación y participación en cargos de toma de decisión», afirmó la hermana Pérez, durante la rueda de prensa de presentación de esta campaña que este año cumple su 60 aniversario.
Marta Beatriz Roldán, una de la mujeres beneficiarias de este programa explicó que «las mujeres siempre han sido excluidas de la educación y del trabajo». «Frente a esta realidad, la lucha de las mujeres ahora es ante autoridades locales para que implemente políticas públicas que reduzca esta brecha y que controle a los intermediarios para que se reconozca el esfuerzo de trabajo que hay detrás de cada uno de nuestros productos que llegan al mercado», indicó.
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