Manos Unidas alerta de que el número de desplazados por la crisis climática pueden alcanzar los 140 millones en 2050
Denuncia que el 85% de las personas más pobres viven en zonas rurales, las más afectadas por el cambio climático
Alerta que la sequía y las lluvias torrenciales castigan sobre todo a los agricultores más pobres
El cambio climático se está convirtiendo en el golpe de gracia para muchas de las más de 1.000 millones de personas que son pobres en el mundo, ya que el 85 por ciento de la población más vulnerable vive en zonas rurales, las más castigadas por las sequías o las lluvias torrenciales .
Solo en 2018, los desastres climáticos y naturales condujeron a 29 millones de personas a la inseguridad alimentaria aguda , mientras que el riesgo de hambre y malnutrición podría incrementarse hasta un 20% para 2050.
Esta realidad ha llevado a Manos Unidas a centrar su campaña contra el hambre de este año en las consecuencias que el deterioro medioambiental tiene sobre las personas más empobrecidas.
«La deforestación, los cultivos transgénicos, las actividades extractivas, las talas indiscriminadas de los bosques, la contaminación de las aguas, los mares esquilmados son agresiones al medio ambiente que nos están pasando factura y que afectan, como siempre, a los más desfavorecidos», aseguró este martes la presidenta de Manos Unidas, Clara Pardo, durante la presentación de esta iniciativa que lleva por lema «El que sufre el maltrato al planeta no eres tú». Según recordó, el número de hambrientos en el mundo, «lejos de disminuir, aumenta cada año» y ya son 821 millones de personas .
Estos ecosistemas degradados de los cuales dependen millones de personas en el mundo para poder alimentarse —explicó— también están dando lugar a nuevos fenómenos como los «refugiados climáticos». En los primeros seis meses de 2019, los fenómenos meteorológicos extremos provocaron el desplazamiento forzado de 7 millones de personas . «¿Nos hemos planteado qué vamos a hacer cuando esas personas, a las que hace tan solo unos días se acaba de reconocer como refugiados, llamen a nuestras puertas? No quiero ni imaginarmelo», aseguró.
El deterioro medioambiental ya cuenta con miles de víctimas anónimas alrededor del planeta. La misionera colombiana Janeth Aguirre ayuda a algunas de ellas a través de un proyecto de Manos Unidas en Koulikoro, Mali. Allí la escasez de lluvias hace cada vez más difícil el cultivo de su principal fuente de alimentación : las legumbres. Los huertos son abandonados y el 70 por ciento de los niños padecen malnutrición.
«Las sequías han provocado una emigración del interior de los poblados hacia las orillas del río para acceder al agua, y poder regar sus cultivos. La orillas están saturadas de mujeres que necesitan cultivar para proveer su sustento diario a la familia y esto genera conflictos debido a la fuerte demanda. Conflictos que son resueltos muchas veces de la peor manera», señala la religiosa que lleva más de 15 años como misionera en Mali.
Para mejorar las condiciones de vida de estas familias , Manos Unidas ha puesto en marcha un proyecto para la construcción de pozos profundos con bombas mecánicas para asegurar el suministro de agua todo el año, y el cultivo de los huertos.
Manos Unidas destinó el año pasado más de dos millones de euros a proyectos relacionados con el medio ambiente y el cambio climático, el 8 por ciento de su presupuesto total. «Pese a que el cuidado de la casa común es un objetivo transversal de todos nuestros programas, en los últimos años los proyectos sostenibles para atajar los efectos del cambio climático han ido en aumento», indicó Pardo.