Lucha contra los incendios: España y Portugal acuerdan entrar hasta 25 kilómetros en territorio del otro país

La medida no exige autorización previa en los casos más graves, pues el fuego no sabe de fronteras

Bomberos portugueses en el incendio de Sandinha (Portugal) en julio de 2017 EFE

Francisco Chacón

Justo cuando el calor comienza a apretar y la amenaza del fuego se deja notar, se incrementa la cooperación contra los incendios de España y Portugal. Así, la XIV Comisión Hispano-Portuguesa de Protección Civil acaba de arrojar un resultado que agilizará la lucha: los bomberos, policías y militares de ambas naciones podrán adentrarse hasta 25 kilómetros en territorio del otro país para combatir las llamas en las situaciones especialmente graves.

Y es que las catástrofes naturales no conocen fronteras, por lo que suele acontecer que un incendio comienza en suelo luso para extenderse después a tierras salmantinas, zamoranas o gallegas… o al revés. Hasta ahora el tope se hallaba en 10 kilómetros, de modo que se duplica con creces y la consecuencia inmediata se traducirá en una mayor eficacia, mucho más cuando la mayoría de los fuegos son provocados por «mercenarios» a sueldo de los clanes que persiguen la recalificación y llegar a beneficiarse de nuevas construcciones.

Es la seguridad nacional lo que está en juego, como también la protección del medio ambiente. Por esta razón, la exención de trámites significa un paso adelante, aunque con posterioridad sí hay que dar cuenta de la acción transfronteriza requerida.

El pacto fue ratificado por el director general de Protección Civil y Emergencias del Ministerio del Interior, Alberto Herrera, y por el presidente de la Autoridad Nacional de Protección Civil de Portugal , Carlos Mourato.

Al mismo tiempo, se firmó el Protocolo Adicional de Ayuda Mutua en Zonas Transfronterizas, establecido en la Cumbre Ibérica celebrada en Valladolid el pasado mes de noviembre.

La previsión, la prevención y la gestión de riesgos es un objetivo común en el que aún queda camino por recorrer, lo cual significa que la planificación conjunta será fundamental.

Las próximas semanas determinarán el punto clave del asunto, pues la evaluación empírica será la que otorgue credibilidad (o no) al programa decidido por los dos países con acertado criterio.

Portugal vive como un trauma la embestida de los incendios, mucho más desde aquella gigantesca tragedia sucedida en 2017 en Pedrógao Grande (distrito de Leiria). Murieron nada menos que 66 personas y las investigaciones se prolongan hasta la actualidad, con tres alcaldes acusados por posible actuación negligente.

Hace solo unas semanas, el Gobierno socialista portugués nacionalizó la empresa adjudicataria del sistema de alerta, en vista de que falló estrepitosamente.

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