Las llamas se extienden por el sur de Portugal

Los incendios de Odemira, Monchique y Loulé siembran el pánico en el Algarve después del fuego de Castro Marim

Francisco Chacón

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Mientras los agentes de Protección Civil mantienen una vigilancia activa sobre los restos del gran incendio de Castro Marim , a menos de 10 kilómetros de la frontera con Huelva, el fuego se extiende por el Algarve portugués en dirección a la costa.

Preocupan especialmente las llamas que se desataron en la localidad de Odemira , una de las últimas poblaciones del Bajo Alentejo pero colindante con la región más turística del Portugal del continente. De hecho, saltó la alarma en Monchique, lo cual hizo recordar la dimensión del siniestro acontecido hace unos años.

Unos 700 operarios han tenido que desplazarse al lugar, donde ya se han registrado cinco heridos, dos de ellos graves. Pasan las horas y los hechos no remiten, de momento.

Además, el centro vacacional de Loulé, uno de los más populares del Algarve, también está sufriendo que la tierra arde, por lo que a la Autoridad Nacional de Emergencia no le queda más remedio que multiplicarse. Igualmente, el núcleo de Silves mira con pánico lo que sucede en la encrucijada del Alentejo y el Algarve.

Tanto es así que, durante la tarde del miércoles, resultó necesaria la movilización de hasta 12 aviones apagafuegos , aunque salieron de la zona en cuanto cayó la oscuridad.

Después de unos años de una cierta tregua, Portugal vuelve a sucumbir ante una de las pesadillas más temidas de los últimos años, sobre todo porque están muy presentes los fantasmas del gigantesco siniestro que asoló el área de Pedrógao Grande, en la franja centro-norte, cuatro años atrás. El infausto recuerdo de las 66 personas allí fallecidas todavía atormenta a los portugueses.

En cuanto a las huellas en Castro Marim, decenas de personas tuvieron que ser evacuadas de madrugada, ya que el fuego llegó a ocupar un perímetro de 44 kilómetros y presentaba un ritmo expansivo de 650 hectáreas.

La devastación se extendió a Tavira y a Vila Real de Santo António, por lo que hubieron de realizarse cortes en la autovía A-22, que conecta con España.

Fueron cerca de 10.000 las hectáreas afectadas por las llamas, aunque ahora se teme que el número crezca en los alrededores, a juzgar por los incendios que se producen un día sí y otro también a lo largo del Algarve.

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