La limpieza, un sector esencial contra el coronavirus
Los héroes del ébola también lavan el Covid
Los mismos trabajadores que limpiaron el rastro del virus llegado de África sacuden ahora el coronavirus de toneladas de ropa de hospital
Hay seres humanos excepcionales a los que nadie aplaude. Algunos lo son por 600, 700... menos de mil euros al mes. Sin quejas ni lamentos, cada día en tiempos de crisis se enfundan un equipo de protección bastante incómodo para trabajar y lavan miles de toallas y sábanas. Toda la ropa de hospital pasa por sus manos , estos días llenas de virus infecciosos capaces de tumbar al más gallardo. Lo hicieron ya con el rastro del ébola. Toda aquella crisis se desplegó ante ellos con gran riesgo de muerte; en esta ocasión, las 45 lavanderías de la red de Ilunion en España se hacen cargo de esas miles de camas de UCI , decenas de miles de batas de hospital, toneladas de prendas sanitarias que lavan personas que, entre un 70-90% de los casos, tienen alguna discapacidad.
Son grandes héroes anónimos. Sara Seco , técnico de apoyo en la planta de Las Palmas, vela por la integración sociolaboral de estas personas. Rubrica, como también hace el director general de las lavanderías, Cristóbal Cuevas, que la limpieza está en el ADN de estos muchachos, así que las características singulares de la crisis del coronavirus parecen haber jugado a su favor.
«Saben qué deben hacer y cómo»
A sus 33 años, Seco, que controla el trabajo de los educadores sociales y técnicos con las plantillas como responsable del área social de Ilunion, confirma que los trabajadores de las lavanderías están algo más intranquilos, si bien todos «saben lo que tienen que hacer y cómo». «Es verdad que la carga de trabajo diario se ha intensificado y tiene muchos riesgos añadidos por la infección de la enfermedad Covid-19, pero todos los operarios están siendo muy exhaustivos en su labor», remarca.
La dificultad inicial a la que se enfrentaron los más de 6.000 trabajadores de las lavanderías de Ilunion-Grupo Social ONCE fue el «nerviosismo» por la nueva situación que les tocaba vivir. Para muchos de ellos, que ya se habían enfrentado a la superprotección especial ante la crisis del ébola, en el año 2008, no fue una sorpresa tener que superar controles adicionales cada día. Tal y como detalla el director de la empresa, esta vigilancia supone la toma de temperatura a la entrada de los centros y la adopción de medidas de equipación e higiene reforzadas para emprender su jornada. «Hay que poner más cuidado y las mascarillas se han hecho necesarias. Ninguno se resiste a prevenir de más. Se han colocado carteles y tablones de anuncios en zonas comunes, se les repiten los mensajes más veces, entran al comedor de cuatro en cuatro y no de diez en diez, pero no es difícil concienciarles de la necesidad de adoptar precauciones, porque para ellos la premisa es la misma de siempre: la limpieza y pulcritud máximas», señala Seco.
«Han asumido la situación con cierta normalidad», coteja Cuevas. «Están afrontando un ritmo y un volumen de trabajo altos, y también ha habido cierto nivel de absentismo, porque el miedo es “humano” –dicen ambos–, sobre todo de sus familias, porque no hay que olvidar que las plantillas en su mayor parte están constituidas por población de riesgo» para el maldito virus.
«Fuimos previsores»
El coronavirus obliga a tomar muchas más precauciones, no solo en los humanos, sino también en las maquinarias e instalaciones dispuestas en cada planta. Cristóbal Cuevas informa de que se están desinfectando suelos y lavadoras en cada lavado, para evitar una exposición mayor. Hay ropa especialmente sensible que exige dos, tres y hasta cuatro ciclos, pero todo obedece a las peculiaridades que se están comprobando en la actual pandemia.
Curiosamente, a la gerencia de Ilunion esta enfermedad global que ha azotado con fiereza a España no le pilló desprevenida. «Nos ha ido bien porque supimos anticiparnos a los que iba a pasar. Tenemos que ser especialmente cuidadosos con la ropa de hospital y de hotel que llega a cualquiera de las plantas, así que siempre tenemos equipos de protección y seguridad dispuestos porque las prendas son un gran vector infeccioso-contagioso», asume el máximo responsable de la empresa.
«Nuestros trabajadores son profesionales de esto y a pesar de que pueden verse impresionados pro lo que viene en las sábanas, conocen su trabajo. Nos dedicamos a esto. Nadie se relaja con los protocolos de seguridad y se aplican estrictamente», agrega. «En esta situación –explica Cuevas– llega poca ropa convencional, casi toda son sábanas, toallas y prendas de sanitarios. También trabajamos con hoteles y establecimientos hospitalizados y les lavamos la ropa, pero la línea que procedía de la hostelería ha disminuido, y esta suponía el 55% del volumen total, así que la carga de trabajo en este sector se mantiene estable».
«No estamos fallando a nadie», dice Cristóbal Cuevas, director general de las lavanderías Ilunion
Trabajadores esenciales a todas luces, y también dentro del decreto de estado de alarma , para Cuevas es esencial reconocer la labor que están desempeñando otros sectores, amén del sanitario, en la crisis que acabamos de estrenar. «Estamos superorgullosos de nuestros trabajadores porque no estamos fallando a nadie y eso reconforta; así que, desde la empresa, llevamos a cabo ese aplauso interno del que son merecedores y lo hacemos extensivo a todas esas personas de otros sectores que se están dejando la piel por conseguir que todo siga su ritmo y se remonte» una situación que tiene en la limpieza su armamento clave.