«Ley seca» en Pekín por el rebrote del coronavirus
El cierre de 127 bares en la popular zona de Sanlitun afecta especialmente a Nali Patio, un complejo de estilo mediterráneo con restaurantes españoles
Son las ocho y media de la tarde y apenas se ve un alma por Sanlitun, la calle más famosa de bares , restaurantes y tiendas de Pekín. La semana pasada, antes de que el coronavirus rebrotara en el mayor mercado de la ciudad, había colas interminables para entrar en Nali Patio , un popular centro comercial de estilo mediterráneo con locales españoles y latinos repartidos entre sus seis plantas. El jueves por la tarde, bajo la lluvia que caía sobre sus veladores vacíos, parecía el capítulo final de «Verano Azul». Solo faltaba la melancólica canción del Dúo Dinámico…
Pero no es el final del verano en Pekín, sino el principio. Justo cuando la capital china empezaba a pensar que el coronavirus era solo un mal recuerdo del invierno, el foco en el mercado de Xinfadi ha revelado con toda su crudeza los riesgos de la «nueva normalidad». Con 25 nuevos casos diagnosticados el jueves, son ya 183 los contagiados por este nuevo foco, más una docena de asintomáticos. Aunque las autoridades creen que lo tienen controlado, van a hacer pruebas a prácticamente los 20 millones de habitantes de Pekín, menos los niños, y las restricciones de movimientos continuarán durante días o semanas.
Además de ordenar el cierre de todos los restaurantes a las diez de la noche , entre ellas destaca la clausura de 127 bares y locales de ocio en Sanlitun. La medida castigará especialmente a Nali Patio, donde tendrán que bajar la persiana sus casi 20 bares y restaurantes, menos tres: Carmen, Mosto y Moka Bros. Junto a algunas terrazas de copas que ya empezaban a llenarse, como «El Barrio» o «Martini», en la «lista negra» han caído restaurantes como el español «Niajo» y el italiano «Bottega».
El jueves, unos 300 camareros, cocineros y empleados de Nali Patio se hicieron la prueba del coronavirus en uno de los puntos masivos de toma de muestras , ubicado en el parque de Chaoyang y donde se juntaron 15.000 personas, por supuesto sin respetar la distancia de seguridad. Este fin de semana, solo un puñado de ellos podrá reincorporarse a sus puestos de trabajo, ya que la mayoría tendrá que esperar a que las autoridades permitan la apertura de los bares. Como muy pronto será el día 25, según fuentes del centro comercial, pero esta «ley seca» por el coronavirus podría prolongarse. Una posibilidad que ya contemplan con preocupación los dueños de los restaurantes y bares cerrados en Nali Patio, quienes ya sufrieron cuantiosas pérdidas durante el pico de la epidemia en Wuhan, en febrero y marzo, y ahora empezaban a levantar cabeza. «No habíamos cerrado durante toda la pandemia, que habíamos resistido tirando de ahorros, pero ahora no nos queda más remedio que hacerlo y no sabremos cuánto tiempo podremos aguantar» , confiesa uno de los restauradores del edificio.
Hace dos semanas, sus terrazas estaban llenas y se empezaba a vislumbrar la alegría vital que caracteriza a la noche de este complejo. «Ha sido un jarro de agua fría porque estaba volviendo la vida con más intensidad todavía que antes, ya que nadie se esperaba un rebrote tan pronto», explica la joyera española Paloma Sánchez, quien tiene su tienda en Nali Patio. Aunque su negocio no tendrá que cerrar, la caída del ambiente en la calle Sanlitun mermará su recuperación tras los meses en blanco del invierno, que había comenzado mejor de lo que se esperaba.
Haciendo frente a la adversidad, los inquilinos de Nali Patio confían en que las autoridades atajen pronto el rebrote. Antes deben controlar por completo el coronavirus, que procede de la cepa europea pero es más antiguo que el que circula ahora por ese continente. Mientras se resuelve este nuevo misterio, la «ley seca» impera en Sanlitun por culpa del coronavirus.
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