Una jueza considera por primera vez a un perro como «ser sintiente» para que no vuelva con su dueño, que lo descuidó

Durante tres años que vivió fuera de España se quedó a cargo de una amiga, con quien entiende que existe un vínculo

Imagen de archivo de un perro ABC
Nieves Mira

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Apenas dos semanas después de la entrada en vigor de la Ley 17/2021 de 15 diciembre por la que se modifica el Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil, esta ya ha inspirado un primer auto de ejecución. Ha sido en el Juzgado de Primera Instancia número 11 de Oviedo, que se convierte así en pionero en apoyarse en el artículo 333 bis del Código Civil, que considera que los animales son seres dotados de sensibilidad .

El auto ejecuta una demanda civil en la que un hombre, que se fue vivir al extranjero, demandaba a una amiga a la que le dejó su perro que se lo devolviera, después de que todos estos años ella fuera su cuidadora principal y la que soportó los gastos veterinarios. A pesar de que el hombre ganó esta demanda civil -tras presentar una demanda penal por apropiación indebida que perdió-, al pedir a los juzgados que se ejecutara, la jueza ahora, con la ley de Bienestar Animal en la mano, introduce el concepto de ser vivo y decide que mientras se resuelve el recurso, sea ella la cuidadora.

Mediante este auto de ejecución, la jueza evita provisionalmente que el perro se tenga que separar de la que ha sido su cuidadora en los últimos años, entendiendo que « el bienestar del animal aconseja no establecer cambios en su situación actual; cambios que podrían no ser definitivos y que podrían generar un sufrimiento innecesario si se ve separado de forma brusca de quien ha sido su cuidadora al menos durante los últimos tres años».

La magistrada entiende que el eventual daño que se le puede causar por el cambio de entorno no puede ser enmendado ni compensado si una sentencia posterior revoca la sentencia -pues la decisión de que vuelva con su dueño se encuentra recurrida por parte de la mujer-, y por lo tanto no se trata de «una cosa sino de un animal», que está dotado de «sensibilidad». Todas las decisiones que se tomen, por tanto, deben asegurar su bienestar conforme a las características de cada especie.

Según entiende la Justicia, el hombre no ha tenido contacto durante casi 3 años, y su amiga ha cuidado de él «con la máxima diligencia posible , alimentándolo y dándole los cuidados que necesitaba». Sin embargo, por parte del hombre sí que hubo falta de responsabilidad hacia las necesidades básicas del animal.

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