Juan Pablo II: un amigo «exigente» para los jóvenes

Papa de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en 2005

Foto de archivo del 27 de noviembre de 2004 del Papa Juan Pablo II EFE

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San Juan Pablo II fue el Papa de los récords. Estuvo al frente de la Barca de Pedro durante 26 años, uno de los pontificados más largos de la historia. Visitó 129 países ; kilómetros suficientes para dar 30 veces la vuelta al mundo y tuvo un papel decisivo en la caída del muro de Berlín. Tras su muerte, el 2 de abril de 2005, se convirtió en el primer santo «súbito» por aclamación popular.

1978: Karol Wojtyla se conviritó el 16 de octubre de 1978 en el primer Papa no italiano en casi medio milenio. Así lo destacó ABC en su portada al día siguiente de su elección.

Su secretario general, el cardenal Stanislao Dziwisz , le recuerda como un «don para la Iglesia y para la humanidad» por su empeño en «derribar los muros ideológicos, geográficos y religiosos» que se alzaban en el siglo XX y que habían dejado a las nuevas generaciones huérfanas de esperanza. Con una intuición verdaderamente providencial, Juan Pablo II fue el primer Papa en poner a los jóvenes en el corazón de la Iglesia. «Él comprendió que el periodo de la seducción de las ideologías ateas y de las utopías había pasado y que emergían, desde finales de los años setenta, nuevas generaciones que corrían el riesgo de ser prisioneras de las corrientes culturales de la sociedad de consumo. Por ello, no tuvo miedo de mostrar a Cristo a los jóvenes. Estaba convencido de que solo Cristo es el camino de la verdad, del bien y de la felicidad para los jóvenes», asegura el cardenal Stanislao Rylko , uno de sus más estrechos colaboradores.

El Papa selló aquella amistad con un invento singular que enseguida conquistó el interés de millones de jóvenes de todos los rincones del planeta: las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ). La primera se celebró en Roma en marzo de 1986 y fue también la causa de su tercera visita a España en 1989 para presidir la JMJ de Santiago de Compostela . «Recuerdo su amor apasionado por los jóvenes —señala Rylko— su alegría de estar con ellos y escucharles, su afán por comunicarles la belleza del encuentro personal con Cristo, la capacidad de educarles y formarles en la fe… Este Papa fue un verdadero amigo de los jóvenes, un "amigo exigente" como él mismo decía. Esto ha caracterizado toda su vida, como joven sacerdote en Cracovia y después como Vicario de Cristo».

Un Papa joven y para los jóvenes. Su última visita a España fue en mayo de 2003. Aunque la agenda era apretada, Juan Pablo II quiso celebrar un encuentro con los jóvenes. La enfermedad ya hacía mella en su débil estado físico. Apenas se entendían sus frases que eran cada vez más breves. «Soy un joven de 80 años» , dijo entonces ante el millón de chavales que le aclamaban en el Aeródromo de Cuatro Vientos en Madrid. Defensor de la vida y la familia, Juan Pablo II nunca se lo puso fácil a los jóvenes católicos del siglo XXI. Y ellos no le fallaron.

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