Una joven de 15 años muere electrocutada al caérsele el móvil en la bañera mientras se cargaba
Es el segundo caso que se produce en Francia en los últimos dos meses
Tiffen, una joven de 15 años, ha fallecido a última hora de este domingo en Marsella (Francia) tras caer su móvil a la bañera mientras se estaba cargando.
El dispositivo, que estaba enchufado a la corriente eléctrica, se precipitó accidentalmente al agua e impactó contra el pecho de la menor provocando una descarga que acabó con la vida de la menor .
Tal y como relata la cadena de televisión francesa BTM, no era la primera vez que su padre, Serge B., regañaba a la adolescente por bañarse mientras utilizaba el móvil. El hombre sabía los peligros que albergaba esta práctica y había informado a sus hijos sobre ellos.
«La llamamos sin respuesta y no respondía. Rompimos la puerta para entrar al baño», relató conmocionado. «Tiffenn estaba acostada, el teléfono estaba en el agua y descubrimos que su cargador estaba enchufado a una toma de corriente. No pudimos reanimarla».
Pese a la rapidez de la intervención, los médicos no pudieron hacer nada por la menor y la autopsia confirmó la muerte por electrocución. Serge B. está pensando en crear una asociación para concienciar a los más jovenes y evitar que sucesos de este tipo vuelvan a repetirse.
El segundo caso en los últimos meses
No es el primer caso de este tipo que se produce en Francia durante los dos últimos meses. Una niña de 10 años murió en circunstancias similares a finales de 2019 en Vitrolles, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul.
Serge B. declaró a BTM que considera que los fabricantes de móviles y otros dispositivos electrónicos deberían inventar alguna solución para que este tipo de accidentes no se produzcan en un futuro.
También dedicó unos minutos a criticar los productos «no oficiales» que se venden más baratos en el mercado y que no necesariamente cumplen los estándares de seguridad . «Un cargador cuesta de 15 a 20 euros, es mucho para un adolescente. Ante estos precios, eligen recurrir a aquellos que tienen un coste menor y que no deberían comercializarse».
En Francia mueren 40 personas cada año por una descarga eléctrica.
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