¡Un periodista del ABC mártir de la fe!
Pronto, este periódico sumará un honor más al glorioso libro de su historia de servicio
Gracias al ingente trabajo del obispo auxiliar de Madrid, monseñor Juan Antonio Martínez Camino , el próximo sábado día 12, en la madrileña Catedral de la Almudena, se abrirán las Causas de beatificación y canonización por declaración de martirio de 140 siervos de Dios muertos en la persecución religiosa de los años treinta del siglo XX. Entre ellos un periodista de ABC, Julián Blanco Pérez del Camino (1894-1936) que, según el «Catálogo de periodistas españoles del siglo XX», de López de Zuazo , fue «redactor de ABC y miembro de la Asociación de la Prensa de Madrid desde 1929». Pronto, por tanto, este periódico sumará un honor más al glorioso libro de su historia de servicio. El siervo de Dios entró a trabajar en este periódico el 1 de mayo de 1927. En la edición del 1 de junio de 1930 se puede ver su foto entre quienes entonces hacían el ABC. En la pequeña columna titulada «Nuestros muertos», del 29 de marzo de 1939, se decía que «muchos compañeros han caído bajo el alevoso plomo de la horda marxista», entre ellos Julián Blanco.
Pero no se puede hablar del martirio de Julián Blanco sin referirnos, al mismo tiempo, al de su padre, también en proceso de canonización, Rufino Blanco y Sánchez , también periodista, pedagogo, discípulo predilecto de don Marcelino Menéndez y Pelayo y director del diario católico «El Universo». Padre e hijo fueron «sacados» de su casa de la madrileña calle de Viriato, 65, el día 2 de octubre de 1936 por unos milicianos de la CNT. Tras permanecer unas horas detenidos en una checa, sus cadáveres aparecieron al día siguiente en la Ciudad Universitaria. Rufino Blanco fue vicepresidente de la Asociación de la Prensa de Madrid y primer presidente de la Federación Nacional de la Prensa de España (ahora FAPE).
Estos hechos también forman parte de la historia en la verdadera memoria de la Iglesia. Como recuerda monseñor Martínez Camino en el folleto divulgador de estas Causas, «todavía no es posible rendirles culto público. Esperemos el juicio de la Iglesia. Pero ya podemos acogernos de modo privado a su intercesión».