José Francisco Serrano Oceja
Los obispos y los indultos
¿Acaso no es hora de proponer a la sociedad española un discernimiento moral sobre lo que significa que determinado nacionalismo político altere el bien común general y el fundamento de nuestra convivencia?

En una universitaria conversación de café esta semana, alguien preguntó si los obispos van a decir algo sobre los indultos a los políticos presos condenados por el 1-0. Quizá es mejor que no digan nada, apuntó un profesor de Derecho, espontánea expresión de una idea sobre el papel que juegan los obispos en la actual situación de España. Como toda generalización es injusta con la realidad, convendría matizar. Es más que probable que la Conferencia Episcopal, ante una decisión del Gobierno que trasciende la política y que afecta al orden moral, no diga nada. A lo sumo el Secretario General, monseñor Luis Argüello , obispo en auxilio de todas las buenas causas, diga algo si es preguntado. No hay que descartar que quienes sí hablen sean los obispos de Cataluña. El presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Omella , es el arzobispo de Barcelona. Ocurra lo que ocurra, ahí está el criterio de la prudencia.
Lo que se juzgó en el Tribunal Supremo fue un ataque a la paz pública, «a la observancia de las leyes y resoluciones judiciales como fundamento de la convivencia en el marco constitucional». ¿Acaso no es hora de proponer a la sociedad española un discernimiento moral sobre lo que significa que determinado nacionalismo político altere el bien común general y el fundamento de nuestra convivencia?
Esta semana se ha publicado un libro recopilatorio de textos de Joseph Ratzinger sobre los fundamentos de la política, con el título 'Presente y futuro de Europa' (Rialp). Recuerda el teólogo que la libertad sin ley es anarquía, destrucción de la libertad. «La sospecha –escribe Ratzinger- contra el derecho, la revuelta contra él, resurgirá siempre si el derecho se revela como el producto de la arbitrariedad, como un criterio establecido por los gobernantes, y no como la expresión de una justicia al servicio de todos». Los obispos se atrevieron a hacer un juicio moral sobre el terrorismo. La asignatura pendiente es el juicio moral del nacionalismo. Una asignatura que se está complicando con el discurrir de la historia. Y respecto a los condenados, dolor de los pecados, arrepentimiento y propósito de la enmienda…