El mensaje de Asenjo a Cáritas
La Iglesia no da problemas cuando destina sus recursos a los pobres, pero sí cuando monta colegios o habla públicamente
![José Francisco Serrano Oceja: El mensaje de Asenjo a Cáritas](https://s2.abcstatics.com/media/sociedad/2020/09/13/caritas-pandemia-k8aH--1200x630@abc.jpg)
Monseñor Juan José Asenjo, arzobispo de Sevilla, es un hombre pausado, con no poco sentido común y con amplia experiencia en las lides públicas desde que fuera, en tiempos nada fáciles, secretario general del episcopado. El próximo 15 de octubre presentará la preceptiva renuncia por edad a la sede Hispalense, después de un pontificado en el que, sin excesivas alharacas, ha conseguido algunos frutos nada desdeñables. Por ejemplo, una Facultad de Teología.
Al margen de que permanezca más o menos en tiempo de descuento, acaba de publicar una pastoral de inicio de curso que no debe pasar inadvertida. «Nos apremia el amor a Cristo» se titula. Su contenido se centra en explicar qué es lo que la Iglesia en Sevilla está haciendo ante la crisis provocada por la pandemia y cuál es la diferencia entre la caridad cristiana y la mera solidaridad, digamos, filantrópica. Contiene también un mensaje a quienes forman parte de Cáritas, la General y las parroquiales, que no debe echarse en saco roto.
Pensar que la legitimación social de la Iglesia procede de su dedicación a los pobres, como una forma de condescendencia del Estado providencia, es peligroso. Para los políticos, sobre todo para la izquierda que piensa que este cristianismo solidario es de los suyos, la Iglesia no da problemas cuando destina sus recursos a quienes más lo necesitan, pero sí cuando monta colegios o habla públicamente de su concepción de la persona y se opone a la eutanasia.
Según el arzobispo de Sevilla, hay un problema cuando Cáritas, cuya labor es impagable, se presenta como una ONG más , «no vaya a ser que por la condición eclesial se vean mermadas las subvenciones en el marco de un Estado aconfesional. La verdad es que Cáritas civilmente es una ONG, y justamente una de las más prestigiosas, eficaces y austeras en sus gastos de organización. Pero Cáritas eclesialmente es algo más, mucho más. La impronta propia que configura la identidad de nuestras instituciones de caridad desde dentro es “el amor de Dios, derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado” (Rm 5,5)».