El liderazgo en la Iglesia en España

La comunicación institucional es la permanente asignatura pendiente

Un capellán junto a una madre que cuida de su hija en el hospital Clínico Maya Balanya

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La crisis del COVID-19 representa un desafío extraordinario para las personas y para las instituciones. De forma especial interpela a quienes deben decidir sobre el presente y el futuro. La publicación del libro del Papa “La vida después de la pandemia” (Editrice Vaticana) es un acertado testimonio de la forma con la que Francisco está afrontando estos tiempos . También de sus propuestas.

En España la Iglesia se ha retratado durante este período. Los sacerdotes han sido los héroes indiscutibles, a mucha distancia de otros actores públicos. Hay obispos que han escrito sobre el hoy y el mañana de forma conjunta. Primero fueron de los Navarra y el País Vasco. Hace poco los de Toledo. Pero si lo específico del cristiano, como método, es ofrecer una respuesta adecuada a la pregunta por el sentido de lo que nos pasa, desde la convicción de que Dios habla en la historia, todavía hay mucho camino que recorrer. La situación actual plantea algunas cuestiones claves en la forma como la Iglesia se presenta en la sociedad. ¿Está la Iglesia defendiendo la libertad, también la suya, de manera adecuada? Más temas, el liderazgo y la comunicación. Un principio básico de la gestión del liderazgo afirma que no se puede comunicar bien si no se dirige bien. El liderazgo implica serenidad, planificación, cercanía, carisma. ¿Quién lidera la Iglesia en España? Que no haya liderazgos fuertes, ¿es intencionalmente buscado?¿Se consigue la unidad de decisión y de acción con liderazgos débiles?

Otro aspecto es la relación entre trasparencia, claridad y capacidad de escucha. Los esfuerzos de la Iglesia en España por la trasparencia no son menores. Ahí tenemos el ejemplo de lo referido a la economía. Pero esta actitud debiera impregnar todo el tejido eclesial. Mientras que la trasparencia consiste en contar lo que se sabe, la claridad radica en lograr que se entienda lo que se predica. No hay comunicación si no existe escucha. La comunicación institucional es la permanente asignatura pendiente de la Iglesia en nuestra sociedad. Un tarea ciertamente compleja… sin liderazgo. A no ser que el Papa Francisco sea también el líder de la Iglesia en España.

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