Joaquim Neto de Moura, el juez portugués que ha hecho carrera con sentencias machistas

El magistrado que justifica la violencia sexista por el adulterio de la mujer desata un «terremoto» social en el país vecino

IMÁGENES SIC

FRANCISCO CHACÓN

Joaquim Neto de Moura se ha convertido en el juez más famoso y polémico de Portugal. Su sentencia justificando un caso de violencia machista porque la víctima en cuestión había sido adúltera no deja de causar estupefacción. Además, ha salido a la luz que no es una excepción en su historial y la ola de indignación se dispersa por todos los sectores al otro lado de la frontera.

Sus insólitos argumentos y su apelación a la Biblia continúan destapando un verdadero «terremoto» social: «El adulterio de la mujer es un gravísimo atentado al honor y la dignidad del hombre. Existen sociedades en las que la mujer adúltera es lapidada hasta la muerte. En la Biblia, podemos leer que la mujer adúltera debe ser castigada con la muerte».

El fallo se produjo el pasado 11 de octubre, pero se hizo público el pasado lunes 23. Desde entones, las reacciones se suceden en cascada: convocatoria de diversas manifestaciones de protesta, los obispos le piden que no se le ocurra invocar más las Sagradas Escrituras, los juristas solicitan que se le impida juzgar otros conflictos de semejante índole, las asociaciones feministas en pie de guerra… y el Consejo Superior de Magistratura en medio, presionado para sancionarle pero que, de momento, se limita a decir que las sentencias deben respetarse.

Pero Neto de Moura es reincidente. No hace ni un año que, desde su sillón en el Tribunal de Apelación de Oporto, se permitió soltar las siguientes explicaciones al hilo de otro caso de violencia doméstica: «Una mujer adúltera es una persona falsa, hipócrita, desleal, que miente, que finge, que engaña. Carece de legitimidad moral».

Y prosiguió: «No sorprende que una mujer adúltera recurra al embuste, a la farsa para esconder su deslealtad. Y eso puede pasar por acusar al marido o al compañero de malos tratos».

Conclusión: en la reciente sentencia no hace sino reciclarse a sí mismo y poner sobre la mesa razones que suenan, como mínimo, anacrónicas en pleno siglo XXI. De hecho, la división portuguesa de Amnistía Internacional acaba de intervenir y dice que los dictámenes del controvertido juez violan el derecho europeo.

Mucho más cuando, en la sentencia reciente, no se ponía en entredicho la existencia de los ataques violentos contra la mujer en cuestión.

Tanto es así que se condenaba al ex marido y al ex amante a cumplir pena de cárcel. Pero, a continuación, el juez dejó en suspenso la aplicación de sendos castigos.

Los hechos se produjeron en 2015. La víctima presentó su denuncia judicial en las dependencias del Tribunal de Felgueiras. Y lo formalizó una vez cortadas las relaciones con el hombre con quien se había casado y con el amante posterior.

Ella recurrió a la presentación de una demanda porque sufrió diversas agresiones con un mazo. Y el segundo individuo la llegó a secuestrar porque su intención era reanudar los encuentros sexuales entre ambos.

Neto de Moura se refiere a que las citas con el amante, que residía en la vecina localidad de Marco de Canaveses, se iniciaron mientras la mujer aún estaba casada, origen de ese inusual argumentario que ha provocado el estupor general.

Desde el momento en que puso fin a su relación con el amante, la víctima comenzó a sentir el acoso través de insistentes mensajes de teléfono.

Penas mínimas para el exmarido y el examante

Lo más paradójico es que el Tribunal de Felgueiras le dio la razón, pero ella no se conformó con el dictamen judicial. Fue peor, en vista de que entró en escena el juez de la discordia cuando planteó su recurso ante el Tribunal de Apelación de Oporto.

Las penas iniciales eran: un año y tres meses para el exmarido, además de pagar 1.750 euros, y un año para el antiguo amante, con 3.500 euros por daños y perjuicios.

La mujer estimaba que el tiempo de condena había de ser superior y que tenía que percibir cantidades superiores para darse por satisfecha.

Joaquim Neto de Moura, que había estudiado en un seminario, se encargó de frenar sus expectativas de una manera tan estridente. Sí, porque sus palabras textuales en la sentencia corren por las redes sociales en Portugal como expresión de la gran sorpresa causada.

Por su parte, el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Henriques Gaspar, ha terciado en el entuerto con un discurso conciliador en el que pide prudencia a los jueces a la hora de justificar sus sentencias.

Se pretende evitar que proliferen situaciones como la que ha saltado al primer plano a raíz de Neto de Moura. Y todo porque la imagen (nacional e internacional)de todo el sistema judicial portugués se puede ver afectada, especialmente si se recuperan dictámenes anteriores de otros magistrados, como aquel que se difundió hace varios meses a propósito de la «menor importancia» que tenía el sexo para una mujer a partir de los 50 años.

Joaquim Neto de Moura, el juez portugués que ha hecho carrera con sentencias machistas

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