Joan Pons, cobaya de la vacuna británica: «Los voluntarios se tienen que infectar»
Asegura que su positivo en Covid-19 significa que «estamos a un paso de llegar a la meta»
«Mi positivo en el test de Covid-19 significa que estamos un paso más cerca de llegar a la meta». Así lo cree Joan Pons Laplana, el enfermero español residente en Reino Unido que participa como voluntario en las pruebas de la vacuna de la Universidad de Oxford, y que la semana pasada, según sus propias palabras, recibió un mensaje que «me paró el corazón, porque yo creía que tenía un resfriado común y que la prueba iba a darme negativo».
Tras el shock inicial, y habiendo dado positivo en una segunda PCR aunque sin sufrir de síntomas graves, ni siquiera fiebre, se muestra confiado en que «la única forma de saber que la vacuna es eficaz es que los voluntarios se infecten» y dice que esto era lo esperado por los especialistas en la fase tres de los ensayos. Gracias a los resultados obtenidos «en la fase uno y la fase dos, ya sabemos que la vacuna es segura, sabemos que produce una doble protección, y en la fase tres se mira si los anticuerpos que hemos creado son suficientes para parar al virus y eso es clave».
Pons asegura que si todo sigue en la dirección actual, «la Agencia Europea del Medicamento podría dar la licencia antes de Navidad» y afirma que todos los datos están ya bajo revisión. Su esperanza como voluntario y como profesional de la salud que desde su trabajo en primera línea en una unidad de cuidados intensivos de un hospital inglés, es que en el 2021 se pueda empezar a inmunizar a la población «y podamos decirle adiós a este bicho que nos está amargando la vida».
Para Pons, el hecho de haberse contagiado en definitiva es bueno, y aprovecha para responder una pregunta que, indica, es una constante desde el pasado jueves, cuando comunicó el resultado del test. «¿Cómo es que has dado positivo si estás vacunado? », le preguntan desde su entorno y desde los medios. «Estar vacunado no quiere decir que el virus no me puede atacar», explica, sino que la vacuna evita que el cuerpo desarrolle una enfermedad grave al ser infectado, aunque es posible que se produzcan algunos síntomas leves. «Los anticuerpos producidos por la vacuna hacen que mi sistema inmune tenga muchas probabilidades de acabar con el virus y que la carga viral sea muy baja». Esto, según detalló, no solo protege a la persona que está inmunizada, sino a quienes están a su alrededor, ya que la vacuna hace «que sea menos contagioso para los demás».
Pons, cuya experiencia como enfermero lo hizo apuntarse como voluntario, está cada vez más convencido de que «es fundamental que la gente se vacune porque eso evitará, entre otras cosas, que se requiera asistencia sanitaria o que el Covid progrese a fases críticas para la vida». «Cuando salga la vacuna, esperamos que pronto, en enero, necesitamos que el 70% de la población se la ponga para ponerle fin a este calvario» y que en el 2022 «podamos salir a calle sin miedo y sin ansiedad».