Italia mantiene el estado de emergencia ante la evolución impredecible del Etna
La actividad del Etna es seguida permanentemente por los vulcanólogos y sus datos indican que no se ha «estabilizado» todavía
El volcán Etna en Sicilia, el más activo de Europa, volvió a hacerse sentir en la víspera de Navidad. Entró en erupción casi a las nueve de la mañana del lunes, con una explosión del cráter principal a 3.300 metros de altitud. En poco más de 24 horas se registraron más de 750 temblores de escasa intensidad , pero dos de las sacudidas sísmicas fueron muy fuertes: una de magnitud 4,3 en la escala de Richter, y otra de nivel 4, ambas en la tarde del lunes, siendo advertidas por las diversas poblaciones del área entorno al volcán. Según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV), el epicentro del terremoto se ha localizado a un kilómetro de profundidad de los cráteres de la cumbre.
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El seísmo ha creado una fractura eruptiva en la base del cráter del sudeste. El volcán ha arrojado toneladas de lava y se ha elevado una nube altísima de cenizas . La erupción ha sido un espectáculo de la naturaleza para los turistas. A varios kilómetros, desde el mar y desde Catania y en diversos puntos de la isla, son visibles las cenizas y los pequeños fragmentos de lava incandescentes (lapilli) que arroja el Etna; los ríos de lava han iluminado la Nochebuena. Las cenizas obligaron a cerrar durante horas el aeropuerto de Catania, situado a casi 50 kilómetros del Etna. El gabinete de crisis de la ciudad lo volvió a abrir en la tarde, para permitir el aterrizaje de algunos vuelos, y volvió a cerrarse en la Nochebuena, dada la persistente actividad del Etna y la presencia de cenizas volcánicas en la atmósfera. El aeropuerto pudo reanudar su actividades de forma muy limitada en la mañana de este martes y a la una de la tarde el espacio aéreo era ya completamente operativo.
La emergencia no ha terminado
La reanudación de los vuelos en el aeropuerto Fontanarossa de Catania no quiere decir que la emergencia ha terminado. La actividad del Etna es seguida permanentemente por los vulcanólogos y sus datos indican que no se ha «estabilizado» todavía. En efecto, la «erupción lateral» , que no se producía desde hace casi once años y era muy esperada por los expertos y los apasionados del Etna, está lejos de su conclusión. Por el momento, se alarga dos kilómetros la fractura abierta bajo el citado nuevo cráter del sudeste, en la zona del Belvedere, a unos 2.400 metros sobre el nivel del mar. Por esta fractura salen toneladas de lava que se dirigen hacia el desértico Valle del Bove, en la parte oriental del Etna.
Tanto los temblores como la continuidad de salida de lava son señales inequívocas de que la erupción está en pleno desarrollo, según los volcanólogos, que prefieren no hacer previsiones sobre cuál puede ser la evolución en las próximas horas o en los próximos días. «La situación actual es de relativa tranquilidad», ha explicado el vulcanólogo Marco Neri del INGV de Catania. Mientras tanto, en las islas Eólicas, un archipiélago volcánico cerca de la costa nordeste de Sicilia, también el volcán de la isla de Estromboli ha reanudado su actividad, caracterizada por el lanzamiento de fragmentos de lava incandescentes.
Daños en la agricultura
La asociación de agricultores se muestra preocupada por la erupción, porque las cenizas pueden dañar gravemente el cultivo de cítricos y verduras. Más allá de estos daños causados por las cenizas y los problemas en el aeropuerto de Catania, así como la inquietud por las altas temperaturas que se registran para esta época del año, la erupción no ha causado ninguna preocupación en la población. Todos los municipios que rodean el Etna están acostumbrados a la actividad del volcán, conviven con él y lo ven como un «padre» de la naturaleza. Los vulcanólogos esperaban esta erupción, después de que en el pasado mes de junio el Etna diera muestras de actividad.