La ‘isla baja’ de La Palma ya tiene 32,7 hectáreas

La superficie devastada ocupa 413,38 hectáreas, 14,2 más que ayer, y ocupa 36,2 kilómetros

La evolución del volcán de Cumbre Vieja, en directo

La superficie devastada ocupa 413,38 hectáreas, 14,2 más que ayer EFE

Laura Bautista

El comité científico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) ha actualizado los datos de afección de este volcán sin nombre que mantiene en vilo a la isla de La Palma, que ya s e ha adueñado de 413,38 hectárea s, 14,2 más que ayer, con un perímetro que ocupa 36,3 kilómetros.

La colada ha alcanzado en algunos puntos una anchura de 1.250 metros , 300 metros más que ayer, ya que la lengua de lava se ha ido encontrando a su paso 'hoyas' o vaguadas que se han ido rellenando con material volcánico, ralentizando su avance imparable hacia el mar.

El satélite Copernicus no ha podido realizar el estudio de edificaciones afectadas en la jornada de hoy, a causa de la nubosidad en la zona, por lo que se mantienen los últimos datos de 1.074 edificaciones afectadas, 946 destruidas y 128 con daños a causa de la lava. La afección a vías, caminos y carreteras ya es de 33,2 kilómetros , con el bloqueo no solo a los vecinos del norte y sur sino de las principales fuentes de riego, que han llevado a desplazar cubas y dos desaladoras portátiles a la isla para resolver el riego de las fincas dentro de este perímetro. Se espera que lleguen a La Palma en las próximas horas.

La fajana, la isla baja que el volcán ha ganado al mar ya ocupa 32,7 hectáreas , aproximadamente 40 campos de fútbol. La colada se alimenta por cuatro puntos y ya ha acabado con parte de la playa de Los Guirres, un rincón natural habitual de los surferos.

Como ha señalado el director técnico del Pavolca, Miguel Ángel Morcuende, la colada «está siendo observada y vigilada» en su avance a la costa, al igual que los niveles de CO2 y dióxido de azufre.

Bombas capaces de avanzar 800 metros

Se trata de una erupción fisural de mecanismo estromboliano, con lava fluida de carácter hawaiano, que como ha explicado la directora del Instituto Geológico Nacional (IGN), María José Blanco, «se simultanean en fases de explosividad de piroclastos y efusivas de colada ». A este fenómeno se suma «un nuevo concepto, el índice de explosividad volcánica que en esta erupción tiene un valor 2 del máximo de 8».

Como ha insistido, habrá «picos y pulsos de intensidad» mayor y menor en este proceso, y en los de mayor intensidad se pueden producir «bombas lávicas que lanzan material a 800 metros de distancia». «No se descartan nuevos conos de emisión cerca del principal existente», ha recalcado Blanco.

En la noche de ayer se produjo la «destrucción de la parte oeste del cono» por lo que al unirse varias bocas emisoras se ha generado «un nuevo aporte de lava muy intenso y muy fluido», ha recordado Morcuende. Este derrumbe se ha producido por un «pico de explosividad», algo que está aún dentro de la pauta estromboliana.

Nube de cenizas y gases de 4,5 km de altura

La nube de cenizas y gases ya ha alcanzado a la isla de El Hierro , a donde ha llegado una lluvia negra de ceniza. Además, la nube de dióxido de azufre ha logrado atravesar el Atlántico, detectándose sobre zonas del Caribe como Puerto Rico en el día de hoy.

La nube de ceniza y gases, ha señalado María José Blanco, tiene una altura de 4,5 kilómetros, y se ha podido observar un fenómeno de ondas en el cielo tanto en directo como desde vista satélite. La dirección del viento, ha dicho Blanco, es «favorable» para la operatividad de los aeropuertos, y las inversiones térmicas también serán positivas para la calidad del aire.

Las partículas de menor tamaño han sido detectadas en estaciones puntuales , con solo una que ha superado los umbrales con 96 microgramos por metro cúbico.

Los niveles de CO2 en Cumbre Vieja ha alcanzado las 1.728 toneladas diarias y se ha registrado un importante repunte de dióxido de azufre con 16.000 toneladas diarias en las últimas 24 horas.

El «penacho marino», la nube de vapor de agua y ácido clorhídrico que se genera en el reencuentro de la lava con el mar, se mantiene «en un entorno cercano al contacto», y si llegase a núcleos urbanos «se recomienda permanecer en el interior de las viviendas , y cerrar puertas y ventanas». El resto de las medidas de protección se mantienen, como el uso de mascarillas FFP2 en zonas con afección de cenizas y la recomendación de permanecer en el interior de las viviendas a personas de especial riesgo , como niños, embarazadas, personas mayores o quienes padezcan por algún problema respiratorio.

El rango de exclusión sigue pautado en 2,5 kilómetros , así como 5 kilómetros de precaución ante fenómenos explosivos que puedan hacer estallar ventanas y cristales. En zonas cercanas a la colada en el mar, como son los investigadores que evalúan esta zona, es necesario el uso de gafas, máscaras de gas y lavado frecuente de ojos .

33 temblores

La sismicidad se mantiene en niveles de entre 10 y 15 kilómetros de profundidad , en la misma zona donde comenzó el enjambre sísmico el día 11 de septiembre, en Fuencaliente y alrededores. El de mayor intensidad ha sido a 12 kilómetros de profundidad, con magnitud 3,7, sentido a magnitud 3,4.

Puede darse en las próximas horas un incremento en el número de intensidad de terremotos, con más sismos sentidos que pueden generar derrumbes en zonas de pendiente.

«No tenemos que temer, en principio, que se abra ninguna boca a causa de esta sismicidad», ha adelantado Morcuende.

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