Mujeres al mando

Isabel Noboa: «Al principio los ejecutivos se sentían incómodos con mis preguntas»

La presidenta ejecutiva del Consorcio Nobis y expresidenta del Consejo Nacional de Competitividad de Ecuador defiende la formación de la mujer como la mejor vía para garantizar la igualdad

Isabel Noboa en un momento de la entrevista con ABC Ernesto Agudo

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Isabel Noboa es una empresaria con el corazón dividido. Hasta 1997 su carrera profesional había estado centrada en la acción social. Sin embargo, tras la muerte de su padre Luis Noboa Naranjo en 1994 -el propietario de la mayor compañía exportadora de bananas de Ecuador- se vió obligada a ponerse al frente de los negocios que recibió tras la división de la Corporación Noboa entre sus cinco hermanos. Con ese grupo de empresas, Isabel decidió fundar el consorcio Nobis que hoy emplea a más de 4.000 trabajadores y tiene una cuenta de resultados que supera los 509 millones de euros al año.

Pese a ser la accionisa mayoritaria, sus comienzos en el mundo de los negocios no fueron fáciles. Tuvo que derribar muchas barreras por su condición de mujer, pero con el paso el tiempo Isabel ha conseguido no solo que sus empresas sean rentables sino que además asuman una responsabilidad social muy importante. «Me empuja el amor por mi país que me enseñó desde pequeña mi padre».

¿Qué ha llevado a una mujer con el éxito empresarial que usted tiene a solidarizarse con las personas más vulnerables?

Yo en realidad comencé mi labor profesional en fundaciones sin fines de lucro. A los 25 años puse en marcha una organización no gubernamental para la adopción de niños porque veía que era necesario poder unir dos necesidades humanas: la del niño que necesita unos padres y la de los padres que buscan un hijo. Luego también me dediqué mucho a la prevención del consumo de drogas y alcohol a través de una organización llamada Semillas de Amor. Todo ese trabajo ha sido ad honorem por amor a mi país.

Usted ha estado al frente del Consejo Nacional de Competitividad, un cargo equivalente a ministro en Ecuador, ¿cree la mujer ha llegado a todos los puestos que merece dentro de la política latinoamericana?

Todavía tenemos que trabajar más porque queda mucho. La mujer está presente en casi todas las áreas del mercado laboral pero falta mucho por hacer porque todavía existen millones de niñas que son mutiladas en los países africanos. Tenemos que seguir defendiendo las derechos humanos de millones de mujeres en el mundo. Y por supuesto seguir trabajando por la igualdad de oportunidades. Las mujeres aportan muchísimo a las empresas y eso es tan reconocido que ya en muchos países los consejos directivos cuentan con el 50% de presencia femenina.

¿Le ha pesado en algún momento su condición de mujer estando al frente de una compañía de tanto peso como la suya?

Cuando comencé a asumir la dirección de las empresas hace 20 años hasta el barrendero barría deprimido pensado que con una mujer al mando nos íbamos a ir todos a la quiebra. Esa era la idea que por entonces se tenía de la mujer, desgraciadamente. Pero creo que ser mujer fue bueno y fue malo dentro de mi carrera empresarial. Yo me puse al frente del holding en plena crisis económica. Había que renegociar los créditos con los bancos porque los intereses eran tan altos que no había forma de estar al día. Me fui personalmente a hablar con todos los directores y conseguí refinanciar la deuda. Creo que el hecho de ser mujer me abrió las puertas porque trataron de ver cómo me podían ayudar. En ese sentido fue bueno. Lo malo fue que al principio no me daban el lugar que me correspondía en la compañía. Casi que no podía opinar porque los ejecutivos se sentían incómodos con mis preguntas. En un momento dado tuve que recordarles que la accionista mayoritaria era yo, pese a que era cierto de que al comienzo no conocía bien las empresas pero rápidamente me puse al día en todo.

¿Qué medidas son útiles para mejorar la incorporación de la mujer en puestos de responsabilidad?

Creo que la igualdad de oportunidades es fundamental y eso es lo que estamos tratando de buscar. Que las mujeres puedan tener más empoderamiento y poder defender sus derechos. Desgraciadamente en Ecuador todavía existe mucho femicidio y mucha violencia contra la mujer. Por eso, estamos trabajando para que las penas por este delito sean mucho más largas. Estamos colaborando con la Asamblea Nacional (Parlamento) para la aprobación de nuevas leyes que protejan mejor a las mujeres. Pero además también necesitamos que haya más igualdad de oportunidades. Eso no quiere decir que vayamos a poner a una mujer en un empleo para el cual no tiene capacidad. Igualdad significa que las mujeres reciban la formación que necesitan para poder ocupar puestos de responsabilidad.

¿Qué ha tenido que sacrificar de su vida familiar por su carrera?

Trato de equilibrarlo. Siempre les digo a mis hijos que si necesitan algo de mí, que me lo digan y yo cancelo el compromiso que tenga porque ellos son lo primero en mi vida y por supuesto también mi marido que siempre me acompaña en todas las inquietudes que tengo.

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