Integridad académica y científica
Anualmente se retractan 1.400 artículos de investigación original por irregularidades diversas
La integridad moral de los profesionales del mundo académico y de la investigación tiene que excluir desde de la manipulación y falsificación de resultados hasta el plagio. Resulta imperativo inculcar esos valores éticos a los estudiantes de doctorado que se forman en universidades y centros científicos. La transgresión de ciertos códigos de conducta, que puede revestir mayor o menor gravedad, hoy se pone de manifiesto con más facilidad gracias a las tecnologías digitales.
Las noticias en este sentido son cada vez más alarmantes. Una importante universidad estadounidense ha devuelto más de 100 millones de dólares de fondos que recibió para investigar. Razón: varias publicaciones de sus investigadores habían sido retractadas por las revistas correspondientes por graves irregularidades. Anualmente se retractan 1.400 artículos de investigación original por irregularidades diversas, cuando esta cifra era de 40 al comienzo de este siglo. El plagio demostrado en tesis doctorales ha acabado con prometedoras carreras políticas en Alemania , mientras que en España este diario afronta una investigación de gran envergadura sobre este problema, con datos preocupantes.
Como comenta la revista Nature, todo esto ha sembrado la alarma en diversas instituciones científicas y universitarias, hasta el punto de plantear una especie de inspección de integridad para prevenir estas conductas. Igualmente, surgen empresas privadas con capacidad para prestar este servicio, gracias a potentes programas informáticos. Esta labor inspectora puede prevenir problemas, antes de que los resultados irregulares se sometan a las revistas, ayudando incluso a prevenir errores involuntarios que también ocurren. Sin embargo, la cuestión de fondo es de quién es la responsabilidad principal.
A mi juicio sin duda la persona que dirige la investigación, que debe asegurar la fiabilidad de sus resultados, incluso prevenir que sus colaboradores los puedan manipular. Son ya varios los ejemplos de carreras científicas truncadas por falta de rigor en este sentido. Las revistas serias cada vez piden más información acerca de los datos primarios en los que el investigador basa sus conclusiones. Las instituciones que aseguren mayor fiablidad son las que tendrán mejor futuro.