Inquietud en China ante la posibilidad de «cinco años más» de Covid-cero
El secretario del Partido Comunista en Pekín emplea por primera vez esa referencia temporal, borrada de inmediato y sin explicaciones por la censura
El régimen ha convertido su gestión de la pandemia en fuente de legitimidad de su modelo político
Pekín recupera las restricciones una semana después por un rebrote «feroz»
La política de Covid-cero que mantiene a China sometida al virus y aislada del resto del mundo podría tener ya una primera duración estimada: cinco años más. Lo ha revelado esta mañana Cai Qi, secretario del Partido Comunista en Pekín, al informar sobre las medidas preventivas puestas en marcha en la capital. Su anuncio se ha vuelto viral y la censura ha entrado en acción de inmediato , eliminando la referencia de todos los medios oficiales.
La intervención de Cai, con motivo de la apertura del XIII Congreso Municipal del Partido Comunista, arrancaba con la siguiente aseveración. « Durante los próximos cinco años, Pekín llevará a cabo esfuerzos incansables para normalizar la prevención y el control de epidemias ». Los cuatro primeros sinogramas, «weilai wunian», que establecían el plazo de un lustro han desaparecido sin rastro de todas las versiones disponibles. No así la larga lista de iniciativas detalladas a continuación.
Este evento político forma parte de la preparación administrativa de cara al XX Congreso del Partido, celebrado cada cinco años y que tendrá lugar en meses próximos, por lo que sus documentos de trabajo emplean dicha perspectiva temporal de manera recurrente. Muchas secciones siguen una estructura unitaria a partir de la misma frase inicial, por lo que es posible que lo sucedido responda a un error . También a una revelación accidental. Sea como fuere, las autoridades no han ofrecido de momento aclaración alguna, lo que ha provocado gran inquietud entre la población del país.
Las declaraciones de Cai vienen a indicar que China no adoptará un modelo de convivencia con el virus , a diferencia del resto del mundo. A partir de esta premisa, recuperar la normalidad prepandemia se antoja, más que lejano, imposible. Sus palabras, no obstante, hacen referencia a las medidas de prevención a nivel local. Algunas de ellas podrían permanecer en vigor, como los testeos periódicos y masivos a los ciudadanos , sin que el aislamiento con el exterior sea casi absoluto como hasta ahora.
Pero, por encima de todo, el secretario no desempeña un alto cargo en el ordenamiento jerárquico del Partido; su labor consiste en disponer protocolos municipales siempre sometidos al dictado de la cúpula del aparato. A corto plazo, un cambio de rumbo parece poco probable. El régimen ha convertido su gestión de la pandemia en fuente de legitimidad de su modelo político, en contraposición a las democracias occidentales.
Su apuesta, sin embargo, se vuelve más costosa con cada rebrote ante la emergencia de nuevas variantes más contagiosas y comienza a atacar la prosperidad, elemento nuclear del contrato social chino. Desliz administrativo o no, China se encuentra en un momento crítico que recuerda alguno de los episodios más aciagos de su historia moderna. La persecución de una nueva utopía, antepuesta a cualquier otra cuestión, marcará durante décadas el devenir de un país convertido ya en potencia global y, por tanto, también el del mundo.
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