Un informe asegura que el gobierno de Johnson se equivocó al imponer tarde el primer confinamiento

Ha sido necesario confinar a la población tres veces, y el primer ministro no ha descartado la posibilidad de que vuelva a ocurrir durante este invierno

Boris Johnson, primer ministro británico AFP
Ivannia Salazar

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El gobierno de Boris Johnson cometió un «grave error» al comienzo de la pandemia de Covid-19 al haber decidido imponer tarde el primer confinamiento . Esa es una de las conclusiones a las que llegó el grupo de diputados que conforman los comités parlamentarios de Salud y Atención Social y de Ciencia y Tecnología, y que están contenidas en un informe de casi 150 páginas titulado 'Coronavirus: las lecciones aprendidas hasta la fecha'. Según este análisis, el primero sobre el manejo de la crisis de la salud pública por parte del Ejecutivo , la gestión funcionó «peor que en otros países» cuando más se necesitaba de acciones que pararan los contagios, y critican que al principio hubo un enfoque que «implicó tratar de gestionar la propagación del Covid entre la población en lugar de detener su propagación por completo», lo que « en la práctica equivalía a aceptar que la inmunidad colectiva por infección era el resultado inevitable , dado que el Reino Unido no tenía perspectivas firmes de (acceso a) una vacuna, la capacidad de prueba era limitada y había una opinión generalizada de que el público no aceptaría un confinamiento durante un largo período».

Al final, fueron necesarios tres confinamientos , y el primer ministro no ha descartado la posibilidad de que sea necesario otro este invierno , dependiendo de si el servicio nacional de salud se satura o no con casos de Covid-19, gripe y otros virus estacionales. De hecho, el documento indica que «incluso cuando la estrategia del Reino Unido cambió drásticamente en marzo de 2020, se debió a la preocupación interna de que el NHS (el sistema nacional de salud) estuviera abrumado» y no a que se estuvieran copiando las estrategias de otros países. Los diputados reconocen que «existía el deseo de evitar un confinamiento debido al inmenso daño que supondría para la economía, los servicios normales de salud y la sociedad» pero apuntan a que «en ausencia de otras estrategias, como el aislamiento riguroso de los casos, una operación significativa de prueba y rastreo y controles fronterizos sólidos , un cierre total era inevitable y debería haber llegado antes».

Para los parlamentarios, «el Reino Unido, junto con muchos otros países de Europa y América del Norte, cometió un grave error temprano al adoptar este enfoque fatalista » en lugar de considerar «un enfoque más enfático y riguroso para detener la propagación del virus adoptado por muchos países del este y sudeste asiático» como Corea del Sur y Taiwán, y el hecho de que hubiera «consenso entre los asesores científicos oficiales y el gobierno indica que »no estábamos tan abiertos a enfoques que se adoptaran en otros lugares como deberíamos haber estado». El informe también critica la falta de test en las primeras semanas , diciendo que «ya fuera debido a una capacidad inadecuada o una política deliberada, también fue un grave error llegar al punto en que las pruebas en la comunidad se detuvieron al principio de la pandemia» y destaca que «un país con una experiencia de clase mundial en análisis de datos no debería haber enfrentado la mayor crisis de salud en cien años sin prácticamente ningún dato para analizar» , un problema que, reza el texto», se vio agravado por el hecho de que los organismos públicos nacionales involucrados en la respuesta «no compartieran los datos disponibles entre sí ». «Fue un poco como la 'Historia de dos ciudades' de Dickens : el mejor y el peor de los tiempos, lo mejor de la política y lo peor de la política», consideró Greg Clark, presidente del Comité de Ciencia y Tecnología, que señaló que mientras el país se puso una medalla con el lanzamiento de la vacuna, también tuvo fallos tremendos, como «la falta de pruebas» y «la falta de datos».

Para Clark, la respuesta del Reino Unido en general «fue una respuesta mixta. Creo que eso era inevitable: nunca se podía esperar que todo saliera bien », pero hay otras voces menos optimistas. En un comunicado, el profesor Robert West, del University College de Londres, dijo que la «conclusión condenatoria» del informe es principalmente que los fallos en las pruebas, en el rastreo de casos y los tiempos de imposición de las restricciones, provocaron miles de muertes más de las que deberían haber ocurrido . «En algunos países, este informe daría lugar a renuncias», declaró. Por otro lado, Trish Greenhalgh, de la Universidad de Oxford, apunta que el informe omite el tema de las mascarillas, que al principio no fueron obligatorias , aunque después se impuso su uso en interiores . El gobierno levantó todas las restricciones el pasado julio , pero algunas podrían volver a imponerse si la situación actual empeora.

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