Un incremento salarial de 100 euros por sexenio para los profesores que se sometan a evaluación
La Fundación SM propone un modelo de evaluación de los docentes para mejorar la calidad de la enseñanza
Tras varios meses de trabajo y de diversas consultas con sindicatos y profesores, la Fundación SM ha presentado este jueves su modelo de evaluación para los docentes de escuelas públicas y concertadas con el objetivo de medir la calidad de la enseñanza.
Su propuesta plantea incentivar a los profesores a someterse cada seis años a evaluaciones externas y de carácter voluntario que les sirva no solo para recibir un incremento retributivo en su salario sino también como una vía de acceso a cargos de responsabilidad.
La evaluación docente es una de las grandes tareas pendientes desde la entrada en vigor de la Lomce en el curso 2014-15. Muy pocas administraciones públicas —salvo el Principado de Asturias— se han atrevido desde entonces a poner en marcha sistemas que permitan medir la calidad de sus docentes.
«Plantear la evaluación docente tiene sus riesgos porque es un tema complejo. Los profesores tienen muchos recelos porque la evaluación pueda resultar reduccionista o segregadora», aseguró este jueves, Álvaro Marchesi, exsecretario de Estado de Educación y uno de los autores de esta propuesta, junto a Eva María Pérez, profesora de la Universidad Complutense de Madrid.
Entre las principales reticencias de los profesores está el miedo a que la evaluación «ponga en peligro su prestigio profesional o su estabilidad laboral». La falta de «recursos económicos y el elevado número profesores» han completado el cuadro de obstáculos para poner en marcha un modelo sistemático de evaluación externa de los profesores , señala el documento «Modelo de evaluación para el desarrollo profesional de los docentes», presentado este jueves.
El modelo propone evaluar a los profesores de manera cualitativa a través de sus competencias profesionales. En total se proponen siete, entre las que se encuentran, su capacidad para favorecer el aprendizaje de todos los alumnos, de responder de forma flexible a la diversidad en el aula, de utilizar las TIC de forma pedagógica, de trabajar en equipo con los compañeros, de contribuir al desarrollo socio emocional y moral de sus alumnos y de colaborar con las familias, entre otras.
La metodología para llevar a cabo la evaluación es el portafolio del docente, es decir, un documento que prepara el profesor y en el que se deja evidencias del trabajo que hace dentro y fuera del aula y que le sirve a su vez de reflexión sobre su propia práctica docente. En ese documento el maestro describe su labor de acuerdo a las siete competencias ponderadas por el modelo de evaluación. Cada una de ellas tiene un peso dentro de la evaluación. Además del portafolio, la evaluación se completa con la opinión de las familias y del equipo directivo. Una vez recabada toda la información, el inspector de educación (ajeno siempre al centro) es el responsable de elaborar el informe final y determinar si la evaluación es positiva.
Se proponen cinco tramos de seis años para la evaluación docente, tanto para profesores de la enseñanza pública como concertada. Cada uno de estos tramos tendrá asociado un incremento retributivo . El primer tramo es de 60 euros anuales; el segundo, tercero y cuarto 100 euros y el quinto, 60 euros. «Un incentivo total de 420 euros en cinco sexenios», puntualizó Marchesi.
Se prevé además un aumento del 10% para aquellos profesores que trabajan en centros de difícil desempeño por su contexto social , que realicen un esfuerzo colectivo para garantizar la inclusión educativa, o que participen en proyectos innovadores.
El logro de cada sexenio —similar a los sexenios de investigación de las universidades españolas— estará asociado (junto con otros méritos que se consideren) además con determinadas posibilidades profesionales para los funcionarios públicos. Las Administraciones educativas señalarán el número de evaluaciones positivas necesarias para el acceso a determinados puestos de responsabilidad como equipos directivos o incluso a la inspección, mentores de profesores en prácticas, profesores asociados en la universidad, etc.
«Estamos convencido de que la evaluación del profesorado es fundamental para la calidad de la educación. Además ayuda a incrementar la estima social hacia la tarea docente. Nuestro modelo además es integral, tiene en cuenta las diferencias de la tarea docente, el contexto sociocultural del centro y no es una evaluación puntual sino progresiva en la que se incorporan incentivos económicos», señaló Pérez.
El coste de la implantación del modelo propuesto supone un incremento del 1,94% del total del gasto público en educación . En cifras absolutas implica una inversión de 915,9 millones de euros anuales hasta el año 2030 si se presentara el 80% de los docentes, el 90% obtuviera una evaluación positiva y el 20% de docentes tuviera el incremento retributivo del 10%. «Se trata de la mejor inversión para garantizar el compromiso de los profesores a lo largo de su carrera profesional», indicó Marchesi.
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