La Iglesia recibe la cifra récord de 284,4 millones de euros del IRPF
Uno de cada tres contribuyentes marcó la casilla de la Iglesia en la declaración de la Renta la pasada primavera y aportó 35 euros de media
Uno de cada tres contribuyentes marcaron la «x» en la casilla de la Iglesia en la campaña de Renta de la pasada primavera (ejercicio fiscal 2018). Esto supone que 8,5 millones de españoles asignaron parte de sus impuestos a la labor que realiza esta institución. En solo un año, la Iglesia consiguió que el número de declaraciones a su favor aumentaran en 26.855 hasta llegar a las 7.191.387.
Este apoyo considerable de los contribuyentes permitirá a la Iglesia recibir del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) un total de 284,4 millones de euros, la cifra más alta desde que entró en vigor su nuevo modelo de financiación en 2007. La suma supone además un incremento del 6,19 por ciento con respecto al ejercicio anterior (16,6 millones de euros más).
«El incremento de los fondos obtenidos se debe al aumento general de la Renta declarada y a esas 26.800 nuevas declaraciones de los contribuyentes que han decidido incorporarse a esta familia de la Iglesia», explicó este jueves el vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Fernando Giménez Barriocanal, durante la presentación del balance provisional de la asignación tributaria.
De media, cada contribuyente que marcó la casilla de la Iglesia la pasada primavera aportó 35 euros. «Gracias a esos 35 euros –que no significa que el ciudadano pague más ni le devuelvan menos–, la Iglesia puede seguir realizando su actividad al servicio de los cristianos y del conjunto de la sociedad española», afirmó el gerente de la CEE, quien agradeció «a tantos por tanto».
Más esfuerzos
Pese a los buenos datos que arrojó el balance provisional, el porcentaje de asignaciones a favor de la Iglesia volvió a caer en el ejercicio fiscal 2018 por octavo año consecutivo. Esto quiere decir que durante la campaña de la Renta de la pasada primavera la Iglesia no consiguió ganar nuevos contribuyentes al ritmo del crecimiento del total de las declaraciones presentadas a Hacienda. Desde 2010, el porcentaje de asignaciones a esta institución eclesial ha pasado del 35,71 por ciento al 32,32 por ciento de la pasada campaña.
Frente a esta pérdida de representatividad en la asignación del IRPF, el gerente de la CEE explicó que «es necesario redoblar los esfuerzos para informar mejor al contribuyente sobre la labor que realiza la Iglesia y así lograr que más personas puedan destinarle parte de sus impuestos».
Giménez Barriocanal además defendió la sostenibilidad del actual sistema de financiación que desde el año 2007 depende exclusivamente de los contribuyentes que deciden marcar voluntariamente la «x». Según explicó, «los jóvenes menores de 19 años asignaron a favor de la Iglesia por encima del 32,6%, mientras que entre los 20 y los 29 años se incorporaron 10.000 nuevas declaraciones». «Esto demuestra la implicación de las nuevas generaciones», insistió.
El perfil del contribuyente que decide destinar el 0,7% del IRPF a esta institución eclesial es el de una mujer (34,9%) de entre 40 y 60 años. Por comunidades autónomas, Castilla-La Mancha, La Rioja y Extremadura son las regiones donde más se marca la casilla de la Iglesia. En todas ellas, el porcentaje de declaraciones a su favor superaron el 44%. En el otro extremo, se encuentra Cataluña (17,43%), Canarias (25,95%), Galicia (24,9%) y Baleares (27,56%).
Exención del IBI
El portavoz de los obispos y secretario general de la CEE, monseñor Luis Argüello, agradeció este jueves el apoyo de los contribuyentes y recordó que el gesto de marcar la casilla de la Iglesia es «un ejercicio de libertad pero también un derecho de la ciudadanía».
Entre esos derechos, el secretario general de la CEE también mencionó el de la exención del IBI del que gozan algunos bienes inmuebles de la Iglesia en los que se desarrolla una actividad social sin fin de lucro. Tal y como también ocurre con las fundaciones de partidos políticos, federaciones deportivas y ONGs.
Según recordó, con esa subvención indirecta, el Estado ayuda a diferentes instituciones no lucrativas para que puedan realizar una serie de actividades que «redundan en el bien de la sociedad» . «Se trata de la mejor inversión que puede realizar la administración pública porque las actividades educativas, culturales y de servicio social que presta la Iglesia son una buena contribución al Estado de bienestar», indicó monseñor Argüello.
Por contraparte, el prelado también subrayó el derecho del Estado a cambiar la legislación –Ley de Mecenazgo y la Ley de Haciendas locales– pero sin discriminar a la Iglesia. «Es muy extraño que cuando se habla del IBI se mira solo a la Iglesia porque la exención afecta a todas las entidades no lucrativas y si se decide retirar la exención no sería justo que se pensara solo en la Iglesia católica», apuntó.
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