Apagón en toda Nueva Orleans por el huracán Ida
La poderosa tormenta Ida toma tierra en Luisiana con fuerza 4. Las autoridades esperan una subida del mar de tres metros e inundaciones masivas
El huracán Ida desembarcó este domingo en las costas de Luisiana, al Sur de EE.UU., con un potencial destructor descomunal y con la sombra del recuerdo trágico de Katrina , que asoló la región hace 16 años.
Era imposible no acordarse de aquel huracán de 2005 y del impacto que tuvo en la principal ciudad del estado, Nueva Orleans, con casi dos mil fallecidos, millones de desplazados y daños de 125.000 millones de dólares. Sobre todo porque la fecha de ayer, 29 de agosto está marcada en el calendario de la ciudad: fue el mismo día en que sufrió a Katrina, el peor desastre de su historia.
Ida llegó a Luisiana con más fuerza que Katrina , aunque con la esperanza de que no cause tantos daños. Lo hizo a primera hora de la tarde de ayer -en la noche de España- con categoría 4, la segunda mayor para huracanes, y con unos vientos de 240 kilómetros por hora cuando tocó tierra en las inmediaciones de Port Fouchon.
Se convertía así en el huracán más potente en desembarcar en la costa de este estado, igualado con Laura, el año pasado, y con el huracán de Last Island, en 1856.
A su paso dejó inundaciones, destrozos y, hasta el domingo por la noche, al menos un muerto. El impacto de Ida, además, dejó a toda la ciudad de Nueva Orleans sin electricidad. Esto es un problema de especial gravedad, ya que el sistema de bombeo de agua requiere de electricidad y la ciudad se encaminaba a horas de lluvias torrenciales durante toda la noche.
Entrada la noche, la potencia del huracán había bajado hasta categoría dos, con vientos de 170 kilómetros por hora. Se esperaba que para el lunes a la mañana se degrade hasta convertirse en una tormenta tropical.
«Es el ojo de un monstruo», aseguraba la Agencia Nacional para la Atmósfera y los Océanos (NOAA, en sus siglas en inglés), al compartir imágenes del fenómeno desde el aire: un huracán inmenso, con nubes que cubrían buena parte del Golfo de México y que movía vientos huracanados en un diámetro de 80 kilómetros y vientos propios de una tormenta tropical en una extensión de 240 kilómetros.
Vientos potencialmente catastróficos
La NOAA advertía de que los vientos de Ida son «potencialmente catastróficos» y que la elevación del nivel del mar es «extremadamente peligrosa para la vida».
El área en la que tocó tierra el huracán es una zona de tierras bajas y marismas en la gigantesca desembocadura del río Misisipí. Las autoridades advertían de la posibilidad de crecidas del mar de hasta casi tres metros, lo que podría ocasiones inundaciones masivas.
El huracán avanzaba ayer el Norte y se esperaba que perdiera fuerza de forma progresiva una vez dentro de tierra. Su peligrosidad, sin embargo, era muy alta, como no se cansaron de repetir las autoridades.
Sistema de diques, a prueba
En su camino, dejaba a Nueva Orleans ligeramente al Este, pero a una proximidad que no evitaba su potencial catastrófico. La principal preocupación era si el sistema de diques -que no aguantó la embestida de Katrina- resistiría a Ida. Ayer todas las compuertas estaban cerradas y las autoridades mezclaban optimismo y cautela sobre su resistencia.
«Todos nuestros modelos indican que podemos sentirnos cómodos con el Sistema de Reducción de Riesgos por Huracanes», dijo el gobernador del estado, John Bel Edwards, sobre las infraestructuras de protección que se ampliaron y mejoraron tras Katrina, a la vez que reconoció que Ida «va a ser un examen muy duro a nuestro sistema de diques».
Su mayor preocupación estaba en las zonas de costa, donde «hay menos sistemas de protección, los diques no son tan altos y no están reforzados».
Lluvias torrenciales
El paso de Ida mostraba casas inundadas en la costa, vientos huracanados y destrozos abundantes en la región. También inundaciones en zonas protegidas por los diques en el Sureste del estado. «Por supuesto que haya agua que sobrepase los diques es preocupante», dijo Edwards. «Pero quiero aclarar que ese rebosamiento y una falla en el dique son cosas muy diferentes».
La preocupación más inmediata para las autoridades era ayer la persistencia de lluvias torrenciales, sobre todo en el caso de que Ida perdiera ritmo en su avance y pasara mucho tiempo en las inmediaciones de Nueva Orleans, con la capacidad de saturar los sistemas de desagüe y de provocar grandes inundaciones.
Las autoridades insistían ayer a la población en que limitaran su uso de agua y se mantuvieran en lugares protegidos hasta el paso del huracán, un proceso que podría tardar hasta tres días.
La situación era especialmente peligrosa en los hospitales. Luisiana es uno de los estados con menor índice de vacunación de EE.UU. , lo que, en combinación con la variante Delta, ha provocado una fuerte presión en las UCI.
«El huracán supone un desafío especialmente difícil por lata presencia de pacientes covid en los hospitales», reconoció Edwards.
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