Tráfico

La huelga de examinadores deja más de 150.000 afectados: «Están jugando con nuestro futuro»

Opositores, trabajadores, repartidores y estudiantes, los más perjudicados por los paros

Adrián Ramírez, ingeniero de 23 años, es uno de los afectados por la huelga ABC

Repartidores de pizzas, opositores, aspirantes que habían condicionado un puesto de trabajo al carné de conducir o de moto y estudiantes. Los alrededor de 150.000 afectados por el conflicto derivado de la huelga de los examinadores de tráfico son el eslabón más débil de una cadena que parece más tensa a cada día que pasa, desde que se convocó oficialmente el paro el pasado 2 de junio.

Lourdes González tiene 19 años y estudia Derecho y Administración de Empresas en el campus de Colmenarejo de la Universidad Carlos III de Madrid. Aspiraba a poder ir el próximo curso con su propio turismo a las clases, que le pillan a mucha distancia, pero no podrá, a menos que la situación mejore . De hecho, lleva preparada desde el pasado mes de mayo, suspendió la primera convocatoria el 7 de junio y van prorrogándole las siguientes sin la certeza de cuándo podrá volver a sentarse tras un volante. Lo cierto es que cuando lo haga, llevará más de un mes y medio sin hacer una práctica , con la inseguridad que ello conlleva.

«Sentimos una impotencia tremenda y además, estamos indefensos, porque no podemos reclamar. Estamos paralizados. El colapso en las autoescuelas es impresionante, nos hemos juntado aquellos que se están preparando con los que ya estamos esperando a presentarnos». Esta joven explica a ABC el efecto de la «bolsa» de candidatos que se está engordando cada día y que, si nada lo remedia, se demorará hasta el mes de octubre con la amenaza de huelga indefinida de los examinadores de tráfico.

«Mucha gente se plantea irse de la ciudad a un pueblo donde podrá tener más posibilidades, al haber menos demanda», atestigua Lourdes, reproduciendo conversaciones con otros afectados. Sin embargo, Pedro C. tiene una autoescuela en un pueblo de Teruel, donde, según dice, las consecuencias están siendo nefastas : «Si el alumno no se presenta porque cree que no va a ir a la prueba el único examinador que hay para toda la provincia, pero éste no secunda la huelga, al alumno le corre convocatoria y vuelven a cobrarle las tasas de Tráfico que ha pagado por adelantado». Eso, en caso de que el examinador se desvincule de la huelga, algo que en un 70 a un 80% de las ocasiones no está ocurriendo. «El daño a las autoescuelas está siendo letal» , lamenta también. «Vamos al examen a ciegas», se queja, por su parte, Lourdes.

Lo peor para muchos de «esta huelga salvaje» es que les ha condicionado, en unos casos, posibilidades de contratación y/o la planificación de sus vacaciones, en otros.

Futuro laboral

Otro afectado, Adrián Ramírez, ingeniero de 23 años, tenía el examen A2 de moto hace dos semanas, pero no pudo hacerlo. «Sabíamos que no nos íbamos a examinar, pero tuvimos que ir porque nadie te avisa de nada », comenta.

El chico considera que las consecuencias de la huelga van más allá. «Hay gente que necesita sacarse el carnet para poder trabajar u opositar . Están jugando con su futuro».

Para él, los argumentos de los parones son insuficientes. « No tienen motivos de peso para estar fastidiando a la gente de esa manera», agrega.

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