Houston lucha contra la polución y los caimanes, tras el Harvey
Más de trescientos mil ciudadanos esperan la llegada de las indemnizaciones

El sur de Texas intenta salir del largo túnel cavado por la dramática descarga de Harvey . La zona cero del desastre, un profundo y kilométrico reguero de agua entre Houston y Beaumont, lucha por incorporarse a la vida, aunque sea pura supervivencia. El alcalde de la ciudad más poblada del estado decretó ayer la «apertura de la ciudad a la actividad económica». Nada fácil para sus más de dos millones de ciudadanos, casi seis si se suma toda el área urbana.
Mientras más de 300.000 ciudadanos esperan con ansiedad la llegada de las indemnizaciones solicitadas, muchos de ellos se apresuran a combatir otras amenazas , como la presencia de animales salvajes y el riesgo de enfermedades, amenaza de un fango lleno de bacterias. Una tortura más para quienes retornan estos días a los restos de su vivienda, que reconstruyen con paciencia infinita.
Las autoridades alertan de la presencia de caimanes , que han arribado desde zonas no lejanas, en una tierra donde proliferan. Sólo ayer fue retirada una docena. La perpetua humedad contribuye también a la presencia de culebras y serpientes peligrosas, así como de hormigas rojas. «Quienes vuelven a sus casas se están encontrando con estos nuevos ocupantes, y deben tener cuidado», afirma Lach Mullen , portavoz de la oficina de emergencias del condado de Fort Bend.
La presencia de p olución tóxica en Houston es otra de las grandes preocupaciones. Además de los agentes que habitan en el agua, la presencia de plantas petrolíferas y químicas, una de las cuales explotó la semana pasada, sigue manteniendo viva la inquietud. Las autoridades sanitarias esperan los resultados de pruebas realizadas por los servicios de emergencias .
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