Cambio de hora
Una hora menos de confinamiento: esta madrugada a las 2.00 serán las 3.00
Aunque recluidos en sus casas, los ciudadanos ganarán una hora de luz
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Esta próxima madrugada, en pleno estado de alarma y tras dos semanas de confinamiento, todos los españoles adelantarán sus relojes una hora (cuando las saetas marquen las dos de la madrugada se tendrán que avanzar hasta las tres) para entrar en el horario estival de este 2020. Una modificación que se aplica en todos los países de la Unión Europea para ajustar la jornada laboral a las horas de luz natural y que conlleva una alteración del ritmo interno, que en esta ocasión se producirá en una situación completamente anómala.
Si la intención básica es disponer de más tiempo de luz solar por las tardes para beneficiar negocios de ocio como los de restauración, la disposición actual de confinamiento en la que se encuentra la población mundial impedirá que refleje esos beneficios. Lo que es innegable es que el cambio al horario de verano suele tener algunos efectos molestos aunque ningún estudio ha presentado resultados concluyentes.
Esta madrugada todos los relojes se deberán adelantar una hora para aplicar el horario estival de 2020, un cambio en pleno estado de alarma por el Covid-19
«El cuerpo humano se rige por ritmos circadianos que se regulan gracias a las horas de luz y oscuridad y el cambio de horario supone un golpe inesperado para los biorritmos del cuerpo. Estos tienen relación con las funciones del sueño, la producción de hormonas o la temperatura corporal. Modificarlos puede afectar a nivel psicológico provocando estrés, irritabilidad, somnolencia, bajo estado de ánimo y alteración en el rendimiento intelectual, etc», explica a ABC la psicóloga Silvia Rodríguez Bautista.
Sin embargo, en el ajuste del horario de verano es más fácil la adaptación porque es menos complicado para nuestro reloj biológico adelantarse en lugar de retrasarse y contamos con una hora más para poder corregirlo. Incluso tiene una lectura positiva en un momento como el que vivimos actualmente y que afecta psicológicamente a muchas personas por la imposición de tener que vivir encerrados en casa sin poder salir a la calle. «La situación de confinamiento es una situación insólita y por ello conviene tratar de normalizar lo máximo posible el cambio de horario. Es muy importante no alterar las rutinas de trabajo, alimentación o actividad deportiva que hayamos establecido durante estos días, para no generar más cambios y favorecer la adaptación, además de intentar mantener la calma y ver el lado positivo: estaremos una hora menos confinados», advierte Rodríguez Bautista.