Un hombre que mató a sus seis hijos en un incendio se queja de lo «dura que es la vida en prisión»
Mick Philpott está cumpliendo una sentencia de cadena perpetua porque él y su esposa Mairead prendieron fuego a su casa para conseguir una más grande de los servicios sociales
Mick Philpott cumple una sentencia de cadena perpetua en Reino Unido después de él y su esposa Mairead prendieron fuego a su casa para conseguir una más grande de los servicios sociales. Sus hijos Jade, de 10 años, John, de nueve, Jack, de siete, Jesse, de seis y Jayden, de cinco, murieron en la escena, mientras que Duwayne, de 13 años, murió en el hospital dos días después.
Philpott y Mairead fueron condenados por homicidio en abril de 2013. Ahora, Philpott de 62 años ha escrito una carta en la que afirma que «no puedo creer que todavía esté aquí» .
Según el Daily Star, Philpott culpa de la atrocidad de 2012 a un vecino y dice estar devastado por la pérdida de sus hijos, indicando que su corazón y su alma están completamente destrozados. «Soy completamente inocente. Mis bebés son mi mundo entero, mi vida», dice la carta. Philpott, que tenía 17 hijos de cinco mujeres diferentes, dice que está luchando con su salud mental.
«Dios, mis bebés, por qué no a mí, nunca lastimaron a nadie, dieron mucho amor, alegría, felicidad y risa», escribió. La carta también revela que está pidiendo a sus abogados que apelen contra su cadena perpetua reexaminando las pruebas forenses.
Philpott y su esposa Mairead incendiaron su cosa de tres habitaciones en Allerton, Derby, el 11 de mayo de 2012. Los fiscales en ese momento dijeron que Philpott había tramado el incendio en un intento por retener a su amante , Lisa Willis, quien había dejado la casa que compartieron, llevándose a sus hijos con ella. Willis y sus cino hijos, cuatro de ellos de Philpott, habían vivido con la pareja y sus seis hijos durante diez años.
Los condenados planearon meter a todos los niños en una habitación durante el incedio para rescatarlos a través de una ventana, pero las llamas eran tan grandes y hacía tanto calor en el interior que no pudieron romper el cristal para rescatarlos.
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