«Me gusta llevar a casa lo que vivo en el hospital y pensar en ellos»

Gabriella Juan Weiss tiene 18 años y es voluntaria de la Fundación Aladina. Por las mañanas va a la Universidad y todos los martes la esperan en el Niño Jesús desde las cuatro hasta las ocho de la tarde para charlar, jugar o estar en silencio con los pacientes

Gabriella, voluntaria de la Fundación Aladina, juega con Carla ISABEL PERMUY

J. G. STEGMANN

El voluntariado es una de las medidas de apoyo más potentes de Aladina. Los voluntarios pasan cada uno cuatro horas semanales con los niños jugando con ellos, charlando, riendo, o simplemente en silencio . La gran mayoría ya ha hecho cursos de voluntariado aunque «todo el que viene con el afán de ser voluntariado jamás se va, incluso los que nunca han estado con pacientes oncológicos», cuenta Lorena, de la Fundación Aladina. Hay gente de todas las edades, desde los 18 hasta los 60 años.

Gabriella Juan Weiss tiene 18 años. Por las mañanas va a la Universidad y todos los martes la esperan en el Niño Jesús desde las cuatro hasta las ocho de la tarde. Está ligada a la fundación a través de su madre, voluntaria desde hace años . «Siempre he intentando tener contacto con los pacientes para, una vez cumplida la mayoría de edad, hacerme voluntaria».

¿Tu madre te empujó a hacerlo?

—En realidad surgió de mí porque conocía a muchos niños a través de mi madre y, al final, terminé cogiéndoles cariño. Para mí es cumplir un sueño, sales enamorado de todos los niños. Sabiendo que solo estando con ellos puede distraerles un poco te sientes mejor.

¿Cuáles son tus labores?

—Pasamos por todas las habitaciones para ver si quieren algún juego, una peli o lo que sea. Y después estamos con ellos en la habitación o en la sala común.

¿Es tabú la enfermedad?

—Yo no les pregunto nada. Pero hay algunos que incluso quieren hablar y te cuentan sobre su medicación, etc. Otros ni lo mencionan. Pero si sale el tema, se trata como algo normal. Aunque prefiero no sacarlo porque estar con nosotros es más para disfrutar.

¿Por qué eres voluntaria?

—Porque siempre me ha gustado mucho los niños y estar con la gente, ayudarles. Sé que estando aquí no vas a salvar la vida de nadie pero disfrutan mucho tiempo que estás con ellos. Si se les puede sacar una sonrisa, conseguir hacer alguno bueno para ellos, ya es muy valioso.

¿Qué te llevas del hospital al llegar a casa?

—Siempre están presentes. Recuerdo que hice mucha amistad con un chico de mi edad con el que hablaba mucho en el hospital. También al pasar por algún sitio, si veo algún juego que les puede gustar, me acuerdo siempre de ellos. Me gusta llevar lo que vivo en el hospital a casa y pensar en ellos.

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